Image: El juego del azar

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Opinión

El juego del azar

Por Juan Palomo Participe en el blog de Juan Palomo

15 noviembre, 2013 01:00

Donna Leon. Albert Camus, José María Flotats, Sophie Hannah

La Asociación de Escritores del Crimen de Reino Unido, aprovechó su 60 aniversario para realizar una encuesta entre los autores noir del país... con resultados nada sorprendentes, la verdad. La muy británica Agatha Christie ha sido elegida la mejor escritora del género de la historia y El asesinato de Roger Ackroyd la mejor novela negra nunca escrita. En la morgue literaria se han quedado los cadáveres de otros postulantes al premio: Conan Doyle, Raymond Chandler o Dorothy L. Sayers. Por cierto que en septiembre la poeta inglesa Sophie Hannah se atreverá con un nuevo libro del mítico detective Poirot y otra de las rivales actuales de doña Agatha, Donna Leon, recupera al comisario Brunetti a principios de 2014. ¡Qué miedo!

Qué injusto es el rencor. Me cuentan que la unanimidad de los homenajes a Albert Camus por el centenario de su nacimiento no ha sido tal precisamente en la tierra en la que nació. El Salón Internacional del Libro de Argel que se celebró la pasada semana ha guardado un afrentoso silencio sobre el autor de La peste o El hombre rebelde. Ni homenajes, ni libros, nada. Libros que, de hecho, no cuentan con traducciones al árabe, lengua oficial del país. El pasado año, la embajada francesa colocó una placa conmemorativa en su casa natal que desató las iras de novelistas como Rachid Buyedra, quien lo denunció como "el regreso del neocolonialismo". La integridad e independencia intelectual le siguen pasando factura a Camus, así que pasen cien años.

El Teatro Nacional de Cataluña acoge en su seno de nuevo a José María Flotats, el hijo pródigo. Él fue el primer director de la institución pero salió de allí tras ser fulminantemente destituido por la Generalitat en 1997. Flotats no acató entonces la imposición de una cuota del 35% de compañías privadas catalanas en la programación. CIU tenía mala conciencia por su destemplada decisión. Y ahora le quiere resarcir. Estará en el teatro por partida doble: recitará versos de Salvador Espriú en un homenaje al poeta y dirigirá El juego del amor y el azar, de Marivaux. Mas decía hace unos días de él: "Es un símbolo del país necesario para dar sentido a una estructura de estado". Los criterios artísticos no parecen pues estar detrás de su rehabilitación pública en su tierra. Demasiada política. l