Fernando Aramburu

El fallecimiento de su madre dio ocasión a Guillermo Cabrera Infante para pisar Cuba por última vez. Es el año 1965. Su siguiente salida de la isla equivaldrá al exilio. Le quedan entonces cuatro décadas de vida que consagrará al ejercicio doloroso de la nostalgia, principalmente por medio de la escritura. Su última estadía en Cuba le muestra sin tapujos la verdadera cara de un régimen totalitario, con su faraón retórico y por supuesto vitalicio, la casta privilegiada del partido único, el moldeado de la realidad con ayuda de la propaganda, el control burocrático de la vida pública y privada, el castigo a todo atisbo de disidencia. Es el paraíso en la Tierra: la libertad, la justicia, la igualdad, esos artefactos verbales que sirven de pretexto para silenciar el espíritu crítico, encarcelar homosexuales, impedir que la gente viaje, etcétera. Guillermo Cabrera Infante y otros lo han relatado.