Image: La construcción de la memoria

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Opinión

La construcción de la memoria

21 febrero, 2014 01:00

Agustín Fernández Mallo

La Realidad, en nuestra cotidianidad, es compleja. Por complejidad entendemos la resultante de enlaces de toda clase que nos unen afectivamente con nuestro entorno, lo cual, naturalmente, incluye objetos, personas y entidades de toda clase, sí, pero de tal modo que esos objetos y personas y entidades, en una especie de realimentación nos devuelven las señales modificadas para crearse así una red, una malla sin centro definido ni cabeza perfectamente identificable.

Hubo una forma de pensar -cientifista- que defendía que existe una realidad objetiva ahí afuera con independencia de nuestras percepciones y de nuestro cerebro. También hubo otra forma de pensamiento, totalmente contraria, que se definía como idealista en el sentido de que lo real es creado única y exclusivamente por el cerebro - "pienso luego existo"-. Pero la realidad en términos de complejidad defiende que nuestra idea del mundo no es una cosa ni la otra, sino un tejido, una visión que se alza sobre todo eso y lo entrelaza. Una red. Por eso cuando vemos una mandíbula de un Neardenthal en una pantalla de ordenador no estamos viendo cómo éramos hace millones de años sino cómo somos ahora. Esa mandíbula viene al presente para explicar el presente, se reactualiza aquí y ahora para construir nuestra identidad hoy.

La arqueología no es algo a lo que mirar con nostalgia, la memoria no es un archivo al que ir a buscar cómo sucedieron las cosas, la memoria siempre es una construcción hecha desde el presente. Las artes, hoy, abordan la realidad desde ese realismo complejo, el mapa vital y sentimental que se ajusta a nuestro tiempo. De lo contrario, serían bien nostalgia sentimentaloide o bien ficción inverosímil. Digo todo esto porque el otro día vi la película Gente en sitios y me pareció excelente.