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Cocina pura
Cocinas de DiverXo, 3 estrellas Michelín, con David Muñoz
Lo dijo uno que comía a diario. Cocinar es quitarle trabajo al aparato digestivo. No obstante, la vida da, según las épocas y los territorios, para algo más que matar el hambre. Uno tiene a fin de cuentas sus papilas gustativas y su nervio olfatorio. Mastiquemos, pues, lo que nos pongan en el plato, pero pasando con la debida filosofía los alimentos artísticos por el paladar, zona erógena donde las haya. Uno es gozador de aromas, sabores y texturas, y si el pan tierno cruje entre los dientes, tanto mejor; y si la cerveza origina una expansión de plenitud fresca dentro de la boca, no digamos. En cambio, no le termino de captar la jugada a Michael Pollan: el ninguneo que le dispensa a la olla exprés, su aversión al microondas, su rechazo de la mayonesa hecha con la batidora. ¿Qué hacer cuando la felicidad nos pide una hamburguesa? fernando aramburu
