Patrick Modiano, Steven Pinker, Luc Dardenne y Le Clezió

Me cuentan que las mejores casas de subastas internacionales están tentando a los herederos de Bioy Casares para vender los tesoros que el escritor dejó en su biblioteca. Al parecer son unos 16.000 volúmenes, muchos de ellos con anotaciones al margen, pequeños regueros de tinta que Borges (su gran cómplice y amigo) estampó con su letra microscópica (incluida una primera edición del Ulises de Joyce en inglés anotada por el autor de El Aleph). Lo de menos parece ser la voluntad de Bioy, que quiso legarlos a la Biblioteca Nacional, y sí la codicia de los suyos, que pelean por repartirse un botín que duerme desde hace años en 400 cajas en los sótanos del Banco Central.



Bien se ve que el psicólogo Steven Pinker, el mismo que proclama su optimismo pues vivimos "en la sociedad menos violenta de la historia" y que es considerado uno de los pensadores más valiosos del siglo, no es español: en una entrevista con el New York Times asegura que jamás ha abandonado la lectura de ningún libro, porque no le cuesta leer y sí escribir. ¿Viviremos en mundos paralelos? Porque aquí raro es quien no tiene un libro inédito en un cajón o un manuscrito a punto de publicar, mientras se lee poco y se entiende menos.



Toni Morrison se llevó el último Nobel estadounidense... ¡en 1993! Desde entonces la Academia Sueca ha premiado nada menos que a tres franceses: el nacionalizado Gao Xingjian, Le Clézio y el reciente Patrick Modiano. Este último me parece un Nobel tan correcto como falto de pasión. Y mientras tanto, esa maravillosa generación de los Roth, Pynchon, DeLillo, Doctorow, Cormac McCarthy y Oates suma años y más años mientras se esfuman sus posibilidades. ¿A qué esperan?



Me suele ocurrir todos los años, que me entran ganas de ir a la Seminci más por sus ciclos que por su selección de películas a concurso. Y eso que este año la selección tiene pedigrí -los Dardenne, Liv Ullman, Schlondörff, Zhang Yimou...-, pero claro, con un ciclo del gran Ermanno Olmi y otro del posmoderno coreano Bong Joon-ho (¿recuerdan la increíbel Memories of Murder?) que se quite todo lo demás. Ah, y pueden llevar a sus niños: nace la sección de cine infantil "Miniminci".