Fernando Aramburu

Planearon el suicidio con el convencimiento de que las cosas, sobre todo las importantes (¿acaso morir es una bagatela?), hay que hacerlas bien. Si se puede, con elegancia. Él redactó una carta de despedida exenta de amargura. Uno no se va para siempre sin decir adiós a los amigos. Pagaron el alquiler, donaron los libros, dejaron disposiciones relativas a sus bienes, pusieron a Bluchy, el perro, a buen recaudo. Al parecer, él se suicidó primero. Yace en la cama de la izquierda con camisa y corbata, con expresión apacible de durmiente. La cama de la derecha está vacía, pero las cobijas revueltas prueban que ha sido usada. Lotte está tendida de costado junto a su marido. Posó la cabeza en un hombro de él, tomó su mano y esperó la muerte. Hay amor en la escena. Sobre la mesilla, un vaso vacío, una caja de cerillas, tres monedas.