Fernando Aramburu

Un amigo suyo, Paul Potts, lo tildó de "Quijote en bicicleta". Creo que el apelativo cuadra a George Orwell y que es elogioso. Se advierte en este lúcido escritor el rasgo gratamente moral del aventurero que deja su casa para acudir a batallas con un fusil anacrónico, impulsado por ideales compatibles con la honradez. Como todo hombre que piensa el mundo de su tiempo, abrigó certidumbres pero tuvo la decencia de pasarlas por un filtro ético. Combatió aquello que anula, que sojuzga y a menudo destruye al individuo concreto. Llamémoslo totalitarismo, no importa el color de la bandera, la ristra de dogmas, las justificaciones de la crueldad. Alto y flaco, este caballero británico y rodante, con grandes dotes para el ejercicio de las letras, se expuso a la muerte defendiendo su compromiso con la verdad. Me complace hallar en sus obras una advertencia, también un ejemplo que nos mejora.