Haraki Murakami, Marta Sanz, Gerard Mortier y James Franco.

Descubro, gracias al infatigable Soto Ivars, que existe una organización (Midwest Theological Forum) que clasifica las novelas españolas por su catadura moral, en categorías que van desde la A1, es decir, las que no tienen inconvenientes morales, a la C3 (obra contraria a la fe o la moral o que se dirige contra la Iglesia y sus instituciones). Lo mejor es que el bueno de Soto se ha molestado en escarbar las listas hasta descubrir que lo peor de lo peor son Lo que no está escrito, de Rafael Reig; Un buen detective no se casa jamás, de Marta Sanz y Los inmortales, de Manuel Vilas, mientras que La trabajadora de Elvira Navarro; Carta blanca, de Lorenzo Silva, y Héroes, de Ray Loriga, sólo merecen la C2, porque "abundan los pasajes escabrosos o un fondo ideológico extraño o contrario a los valores cristianos".



Era cuestión de tiempo, y eso, tiempo, pero poco, apenas quince días, es el que va a regalar Haruki Murakami a sus lectores. El japonés, siempre esquivo a las entrevistas y a la web, se ha dejado enredar y hasta el 31 de enero tendrá abierta su propia web, llamada El espacio del señor Murakami (http://www.shinchosha.co.jp/murakamisa- nnotokoro/ ) para que sus admiradores le consulten sobre sus trabajos, su tiempo libre, sus lugares favoritos, sus gatos, e incluso su equipo de béisbol, los Yakult Swallows de Tokio. Luego, recibirán sus respuestas hasta marzo, según la editorial Shinchosha, que espera desde ayer las preguntas. ¿Contará al fin sus correrías por España?



La Ópera de Australia nos ha brindado la comidilla de los últimos días en el planeta lírico. Su director artístico, el barítono Lyndon Terracini, famoso por no morderse la lengua y por su controvertido talante, ha negado la acreditación de prensa a dos críticos muy críticos con su programación. Pésimo ejemplo. Ni al Mortier más atrincherado en sus criterios se le habría ocurrido algo así.



Atención porque llega a nuestras pantallas The Interview. La película de Evan Goldberg, famosa por haber crispado el escaso sentido del humor del presidente norcoreano y por un nada inocente ciberataque a la productora Sony, estará en nuestras pantallas a partir del 6 de febrero. No puede negarse que la cinta protagonizada por James Franco llega con la promoción atada y bien atada...