Image: Elegía ligera

Image: Elegía ligera

Opinión

Elegía ligera

30 enero, 2015 01:00

Arcadi Espada

En ese panfleto inolvidable que Christophe Donner escribió Contra la imaginación se ironiza agudamente sobre aquellos escritores que muerto el padre por el día se disponen a escribir sobre él en la noche, pero que al amanecer ya lo van dejando, convencidos de que será mejor dejar pasar el tiempo, disolver la pena, encontrar el equilibrio, una mirada calma, tararí. Donner, en uno de los frecuentes latigazos de ese libro que tanto tiene que enseñar incluso a los imaginativos, sentencia que lo que encontrarán los escriores cuando diez, veinte o treinta años después vuelvan sobre el padre ya no será la verdad sino el olvido. De ahí que la decisión que tomó Milena Busquets de escribir sobre su madre, la misma noche y sin detenerse al alba, fuese ejemplar y haya dado como feliz resultado También esto pasará, que funda un género sobre un antiguo oxímoron, el de la elegía ligera.

No he leído la primera novela de la joven Busquets, pero sí muchas de las entradas de un blog donde hablaba básicamente de trapitos. En esas anotaciones ya estaban todas sus virtudes, y la principal que es la de no ponerse jamás estupenda, por mucho que el tema lo demande. Mérito que se dobla cuando los temas son, como en su libro, la madre y la muerte y un poquitito de amor entre horas. Por lo demás las observaciones de la joven Busquets tienen una virtud paradójica, que aprecio mucho: la de corresponder a una mujer de su tiempo que escribe contra su tiempo. Avec l'esprit et le malheur. Bien es verdad que a veces la escritora hace pensar a las iglesias ("que parece vengarse del protagonismo diurno del mar"), como una vulgar novelista, y que sus diálogos suelen avanzar con andadores. Pero hasta sus errores tienen un punto de cordialidad. Como el que en medio de una conversación surcada por la gravedad se da cuenta de que acaba de decir una bobada y pide perdón sonriendo.