Alguna vez he escuchado decir de una novela, pintura o pieza musical que se podía quedarse uno a "vivir dentro". Se trata sin duda de una expresión admirativa, una manera de afirmar que aquella experiencia (visual, auditiva o de lectura) merecía prolongarse en el tiempo hasta constituirse en un espacio (cálido, confortable y familiar) donde instalarse.



Pero lo cierto es que por mucho que reverberen estas obras y por mucho que nos acompañe lo que hemos aprendido o sentido (a veces mientras vivimos), no se puede entrar a vivir en una novela ni en una canción. La única disciplina artística que puede presumir de tal maravilla es la arquitectura. Buena parte del atractivo y la sugestión de las páginas dedicadas a la arquitectura en la Red deriva de esta combinación entre funcionalidad y arte, y se benefician de la cantidad de recursos gráficos que pueden emplearse.



Una de las páginas más interesantes de crítica arquitectónica la gestiona Jaume Prat, "Arquitectura, entre d'altres solucions", que puede leerse en catalán, castellano e inglés; y cuyo compromiso parece ser explorar todas las facetas de la arquitectura, tanto artísticas como derivadas de su utilidad, con ramificaciones en la política, el urbanismo y el medioambiente.



La principal complicación de reseñar una bitácora es que cada lector empieza por dónde prefiere de manera que las experiencias pueden ser variadísimas. Así que les pondré tres entradas que ejemplifican las principales virtudes del sitio.



El primero "Always leave them wanting less" arranca en los días en que se formó la Velvet Underground, y los vínculos de la banda con Andy Warhol que se concretaron en una estética de la repetición. Prat se desplaza de inmediato a su "campo" para explicar cómo la música de Lou Reed y el arte de Warhol influyeron sobre la arquitectura del entorno: "Los edificios no han de parecer puros, ni limpios, sino que pueden contaminarse de la materia, de los propios procesos del edifico".



"En defensa del Atrio de la Alhambra" es un ejemplo soberbio de cómo el conocimiento sobre la historia, el arte islámico, la arquitectura y el urbanismo pueden contribuir a que se tome una decisión sobre "la gallina de los huevos de oro del turismo de la ciudad", o si se prefiere: de cómo la crítica artística y cultural puede intervenir en la política.



Las últimas entradas publicadas forman una serie donde se discute que el "interior" de un edificio tenga que ser privado y "hermético", y propone diferentes formas de "abrir" estos interiores para que sean sensibles a las condiciones exteriores: "notar el frío, el calor, el paso del día, de las estaciones, como si fuese un organismo adaptado". Lo que podría ser una entrada demasiado técnica se resuelve, gracias a la calidad de las imágenes y a una prosa pulida y precisa, en una instructiva explicación de cómo la luz y la elección de los materiales contribuyen a una transición fluida entre el interior diseñado y el exterior precedente.



Una página, la de Jaume Prat, que no sé si da para quedarse a vivir, pero que invita a instalarse una buena temporada.

Un hito para empezar

He conocido la página de Jaume Prat gracias al arquitecto (y excelente lector) David García-Asenjo quien también me ha puesto sobre la pista de un magnífico archivo sonoro, el de "Planeta Beta". Un programa emitido durante varios años por la radio del Círculo de Bellas Artes de Madrid por el que desfilaron algunos de los principales arquitectos españoles, y que se pueden consultar online precedidos por unas jugosas introducciones (más o menos independientes del invitado), que corrían a cargo de Inma E. Maluenda y Enrique Encabo (críticos ahora de este suplemento). Para los legos García-Asenjo recomienda que empecemos por una entrevista a los arquitectos responsables del pabellón español en la Exposición Universal de Bruselas, que por la elegancia con la que solucionaron las dificultades del terreno (una parcela en una colina de forma irregular y desnivelada) y materiales con las que tuvieron que enfrentarse se considera hoy todo un hito de la arquitectura española.