Image: Registro de voces

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Opinión

Registro de voces

20 marzo, 2015 01:00

Agustín Fernández Mallo

Piense en esto: de las lenguas hoy muertas sólo conservamos sus textos, sus grafías, pero no el registro sonoro, de modo que no tenemos idea de cómo los antiguos pronunciaban las palabras. Si pudiéramos oír hoy a un griego del siglo III a.C. pronunciar poiesis o a un romano decir rosae, es posible que oyéramos lo que para nosotros serían rugidos, el canto de un pájaro o un concierto de rap. Sólo pensar en la Cleopatra de Elizabeth Taylor emitiendo sonidos como de perro, ballena o robot, un escalofrío echaría por tierra gran parte de nuestra idea de cómo las civilizaciones nos hallamos conectadas. Nos queda la materialidad muda de aquella escritura y le procuramos un paisaje sonoro, construido como fantasía. Así, lo único que convoca en tiempo real y de verdad el pasado es el sonido. De ahí la importancia que se le da a las voces en el espiritismo, los conciertos en directo o los mítines políticos.

Recientemente ha visto la luz una nueva traducción de Hojas de hierba (Galaxia Gutenberg), monumental tarea de más de 1500 páginas que ha corrido a cargo de uno de nuestros mejores poetas, Eduardo Moga. Seguro, será ésta la traducción canónica durante bastantes años. Es una delicia revisitar al Whitman que al mismo tiempo que canta la epopeya del nacimiento de los Estados Unidos de América inventa lo que llamamos verso libre.

La voz de poeta más antigua registrada son los 35 segundos de recitación del poema "América", leído en 1890 por el propio Whitman, y grabado en un primitivo cilindro de cera. Apenas 35 segundos -puede encontrarse la grabación en Youtube- en los que además de parecer llegar el poeta desde ultratumba para hablarnos cara a cara, también es fundado el año cero de la recitación poética tal como hoy la conocemos. Lo asombroso es que el poeta parece estar impartiendo lo que hoy sería una clase de dicción.