Image: El cielo prometido

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Opinión

El cielo prometido

6 noviembre, 2015 01:00

El añorado Emilio Alarcos (yo añoro enormemente esa sabiduría maliciosa suya que ye tan reconfortante), ha de estar seguramente revolviéndose en su tumba. Porque miren que peleó en vida y miren que fue denostado por decir lo que pensaba (y sabía) sobre la "llingua asturiana, ese artificio que ya nadie habla". Pues bien, acaba de publicarse ahora un libro en su homenaje con poemas en "asturiano", en cuya presentación una poeta local leyó en alto. Yo vi desde el primer momento un pelín de recochineo pero al hijo de Alarcos, filólogo como él, le pareció aquello una "deshonra" a la memoria de su padre, y lo ha aclarado así en Facebook:"El asturiano es una puta mentira que se aprovecha de la gente de bien y beneficia a políticos y filólogos paletos". De casta le viene, no hay duda. Pero la intrépida poeta-lectora está feliz y ha cursado en charge.org una petición para que retiren las subvenciones a la cátedra del sabio profesor Alarcos.

Yo me lo guiso, yo me lo como. Como un servidor. Es lo que ha hecho Damien Hirst, el chico malo del arte británico, el gran tiburón. Por si le faltaran galerías para exponer, ha abierto la suya propia, la Newport Street Gallery, en las orillas del Támesis. Tiene 3.438 metros cuadrados y cuenta con nada menos que 200 empleados y un presupuesto de más de 34 millones de euros.La primera exposición va para un mítico pintor abstracto británico, John Hoyland. Tiembla Tate...

No ha sido decisión planificada. La ha marcado un guión con final trágico. Ana Diosdado falleció tras su fulminante derrumbe en la sede de la SGAE. Y la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, que arranca este viernes, carga la suerte en homenajearla. La mejor manera es 'subirla' a escenario, que es lo que hará la compañía de Salvador Collado con El cielo que me tienes prometido, la última obra que estrenó y en la que nos asoma a un careo entre dos rivales irreconciliables: Santa Teresa y la princesa de Éboli.

Nacho Vigalondo está determinado a conquistar al mundo con su cine marciano y transnacional. Tras la infravalorada Open Windows, en la que Sasha Grey encabezaba el reparto, empieza en Vancouver el rodaje de Colossal, una fantasía monstruosa entre Nueva York y Seúl, con Anne Hathaway y Tim Blake Nelson como protagonistas.