Image: ¿Dandy o snob?

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Opinión

¿Dandy o snob?

3 junio, 2016 02:00

Seguro que han escuchado hablar, han leído o incluso son de los que emplean con cierta frecuencia la palabra "postureo" para referirse a conductas o maneras de presentarse en la Red que obedecen más a las ganas de figurar y darse un falso lustre que a las propias capacidades o a una puesta en escena sincera y auténtica de uno mismo. Entre algunos lletraferits la cosa es tan continua y puntual (sobre todo en Facebook donde los usuarios están convencidos de hablar para un coto cerrado, sin percatarse de que cuando la tontería es abusiva nunca faltará un delator para suministrar alimento cómico a los que estamos fuera) que apenas hago menciones a sus "posturitas" para no canibalizar la sección.

Sin embargo, como en todo, en el postureo hay matices, y la categoría admite divisiones que quizás puedan ayudarnos a afinar la visión de lo que se cuece. Distinguiría, por ejemplo, con mucho cuidado entre el snob y el dandy (yo también torcía el morro ante el regreso de la palabrita, pero hay un buen puñado de usuarios que se define así, y no siempre con la esperada distancia irónica). La diferencia básica a mi juicio estriba en que el dandy presume de lo que es y ha hecho (de la sofisticación de su gusto y de sus hábitos) mientras que el snob tiende a presumir de lo que todavía no ha logrado; o si se prefiere (tratándose de sujetos con ambiciones culturales): que ensancha el caudal de sus lecturas o de las películas que ha visto mientras hace pasar por propios juicios ajenos.

Con el agobiante (por insípido) prestigio de los "hechos reales" parecería que el dandy es algo más tolerable que el snob. Y, sin embargo, he descubierto en redes que me carga muchísimo más el primero. Al fin y al cabo, el dandismo, parecería un producto de época, surgido en buena medida para combatir dos fuerzas alejadas pero confluyentes: la uniformidad burguesa y el gusto sin educar de las clases trabajadoras. Puro siglo XIX. Hoy en día, con el acceso masivo de la clase trabajadora a la educación y su transformación en ciudadanía de clase media (más o menos baja) con acceso la cultura, y la consiguiente variedad de gestos y vestuarios (o si se prefiere: con una diversidad de uniformización) ¿qué sentido tiene presumir de viajar, de fumarse un puro, de llevar una aguja en la corbata o de empaparse con una delicada agua de colonia que la de precipitarse en el ridículo?

Las cosas son muy distintas cuando se trata de un joven snob (aquí la edad sí es decisiva). Al fin y al cabo la imaginación (heraldo de nuestras voluntades) va mucho más deprisa que la adquisición de cultura. Cuando un joven presume de lecturas que no tiene más que encuadrarse en el postureo, está trazando en voz alta del mapa dónde quiere ubicarse en un futuro inmediato, está comprometiéndose a ser quien quiere ser, formula (delante de sus contactos en la Red) una promesa de sí mismo. Siempre y cuando el joven snob al despegarse del teléfono se aplique a convertirse en quién quiere ser y se queme las pestañas sobre los mismos libros (o películas) de los que habla con la desenvoltura de la pasión, estoy dispuesto a no considerarlo ni siquiera un mentiroso, sino como alguien que con toda seriedad nos ofrece una verdad hipotecada. @gonzalotorne

Negritas y cursivas

Siendo cautos habría que adjetivar como "interesantísimo" el blog que Josep Mengual Català escribe en esta dirección: (https://negritasycursivas.wordpress.com/). El propio autor lo presenta como un blog de "libros e historia editorial" y destaca sobremanera porque tratándose de un tema tan lábil y propenso a la beligerancia como lo editorial, Mengual lo aborda desde la vertiente técnica (la maquetación, el diseño, los catálogos, ilustraciones, portadas, las tipografías)… en otras palabras: que sabe de lo que habla. El blog complementa este desusado conocimiento de causa (la edición, en buena medida, es una noble artesanía) con una jugosa dimensión humana e intelectual: anécdotas (a menudo de primera mano), lecturas y disidencias. Recomendaría algunas entradas pero el blog merece visitarse al libre antojo del lector, aunque en el centenario de Cela es de no perderse esta sobre la dimensión editorial del personaje (https://negritasycursivas.wordpress.com/tag/camilo-jose-cela/). Me juego lo que quieran que después de unas horas recorriendo la casa encuentran insuficiente (por no decir cicatero) el adjetivo "interesantísimo" con el que les invitaba a visitarle.