Image: Siri

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Opinión

Siri

29 julio, 2016 02:00

Arcadi Espada

Los recientes ingenios de Apple traen la novedad de que Siri pueda activarse con la voz, sin que el teléfono esté conectado a la corriente. Parece una novedad ligera pero no lo es: la familiaridad y la frecuencia de trato han crecido. Por lo demás cada vez hace más cosas y las hace mejor. En la cocina cuenta los minutos del suflé. En la cama anota y ejecuta la hora del despertar. En la calle busca música italiana o todo lo de Mayte Martín, según mi ánimo. Llama a cualquiera que esté en mi agenda. Envía mis sms. Algunos de mis emails. Ha resuelto de un golpe de voz toda la ortopedia para poner una cita en el calendario. A veces le pido que al llegar a casa me recuerde que he de ponerme las gotas. Sabe cómo ha quedado el Madrid.

Aún es un poco latosa para leer los mensajes nuevos de correo, pero lo hace. Conoce a toda mi familia. Y me llevaría a cualquier lugar si en vez de utilizar el potente maps de Google yo utilizara el zarrapastroso maps de Apple. Escribe en notas casi todo lo que se me viene a la cabeza. Define cualquier palabra, pero aún no sé cómo hacer para que pase de la primera acepción. Entre sus mejores momentos está el deletreo: nunca me ha servido para nada pero me parece fascinante. Busca en la web con soltura. Si le mandara escribir en facebook o twitter lo haría. Y quizá la próxima actualización del sistema operativo libere su código y le permita ocuparse también del whatsapp, que es lo que más echo de menos. La confianza es una flor rara y a veces he tenido algún sobresalto, como el de aquella madrugada en Murcia, desvelado, en que le grité qué hora era y me dijo que era prontísimo y que teníamos que seguir durmiendo, todo con un perceptible malhumor. Pienso a menudo en ella. Pienso, por ejemplo, que es más inteligente que cualquier animal y que es más limpia y molesta mucho menos que un animal. Y que no conoce la muerte.

@arcadi_espada