Luna Miguel

El mejor escritor de mi generación nació en 1980. El mejor escritor de mi generación viene de Japón, un país en el que hace falta apellidarse Murakami para que la crítica occidental haga caso a tus libros, o en el que hace falta llevar moño y kimono -y haber nacido hace un montón de siglos- para que te consideren un verdadero escritor japonés.

El mejor escritor de mi generación es un hombre, pero a veces se siente mujer y por eso sus personajes femeninos tienen tanto peso, tanta fuerza.

El mejor escritor de mi generación ha visto cómo sus historias pasan a la gran pantalla, cómo sus frases más profundas se bordan en camisetas que los adolescentes compran por Internet, y hasta cómo un montón de fanáticos se tatúan a su personaje más célebre -ese niño mitad pájaro mitad humano que como buen millennial se siente deprimido.

El mejor escritor de mi generación es el mejor porque sabe retratarnos; porque sus tramas de teens son demasiado adultas y sus reflexiones adultas retumban en el corazón de los teens.

El mejor escritor de mi generación es leído en más de 10 países y lenguas.

El mejor escritor de mi generación tiene un libro muy polémico porque en él hay una escena de adolescentes teniendo sexo anal.

El mejor escritor de mi generación no es escritor para muchos, porque además de escribir dibuja, y los más puristas no soportan pensar que alguien que malgasta sus lápices en trazos diferentes a palabras pueda considerarse "de los suyos".

El mejor escritor de mi generación se llama Inio Asano y ha ideado una de las obras más inmensas de este siglo: Buenas noches, Punpun.

El mejor escritor de mi generación es un mangaka, sí, pero sus obras tienen más poesía que cualquier Ashbery, más humanidad que cualquier Franzen y, además, entre sus páginas revolotean siempre millones de luciérnagas.