Image: Las señas de Amazon

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Opinión

Las señas de Amazon

20 enero, 2017 01:00

Ahora lo entiendo todo: con ese 40 por ciento de españoles no lectores irredentos, cómo iba Amazon a pujar por el Edificio España de Carmena, pudiendo abrir en primavera su primera librería física en el corazón de Nueva York. Bromas aparte, parece que la inauguración de su nueva sede, en el Time Warner Center en Manhattan, justo al lado del parque, será más que sonada, y que sus responsables confían en repetir el éxito de sus tiendas de Seattle, San Diego y Portland, que están derrotando a pie de calle a las librerías tradicionales, como antes hicieron en las redes. Ya ven, el bucle se cierra.

El argentino David Amitin, bien conocido en nuestra escena por su labor docente y por montajes como Buenas noches, Hamlet (formando tándem con José Ramón Fernández) o por Misiles melódicos, de Sanchis Sinisterra, estrenará en El Umbral de Primavera El hombre inexistente, un lúcido y actual retrato del ser humano basado en textos de Chéjov. En tono de comedia, casi de farsa, circularán por el escenario madrileño (con el excéntrico profesor Platón como protagonista) los inmortales temas del maestro: la hipocresía, el tedio, la crueldad...

¿Se acuerdan de aquella polémica con el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de Historia? Ya saben, aquellas referencias al franquismo... Más de uno despachó el asunto con un displicente: "Esto solo pasa en España". Pues no, señores. En el civilizadísimo Reino Unido están que echan humo con el espacio dedicado a Margaret Thatcher en el Oxford Dictionary of National Biography, que sería el equivalente al dirigido aquí por Gonzalo Anes. Solo Shakespeare e Isabel I compiten en espacio con la "Dama de Hierro". ¡Ni siquiera Churchill se le acerca! Me tranquiliza, la verdad, ver que no sólo España estamos enfangados en disputas ideológicas.

Los actores no son los únicos que entonan el Sobreviviré a Donald Trump. El artista Luis Camnitzer (ahora en la galería Parra & Romero de Madrid) ha comenzado su particular cruzada abriendo en change.org una petición para que su colega Christo intervenga con una de sus famosas instalaciones en la frontera entre México y EE.UU. Se trataría de construir un muro de tela naranja entre ambos países y transformar una idea racista en arte. ¿Ingenuo? Desde luego, pero... ¿y si sí?