Image: Epifanías de elíptica

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Opinión

Epifanías de elíptica

17 febrero, 2017 01:00

Agustín Fernández-Mallo

Habitualmente, en el gimnasio, en la así llamada máquina elíptica, y mientras sólo para mí suena el último disco de David Bowie, Black Star, al llegar a la canción Lazarus pienso que su línea de bajo es igual a una de Joy Division, y que el saxo final es igual que el final de una canción de Supertramp, y que la siguiente tiene un arranque muy parecido a una de The Police, y después diría que unos teclados casi son de Pink Floyd, y no seguiré por este camino porque temo que los fans de Bowie -tales como yo- se ofendan y jamás vuelvan comprar un libro mío. Y la canción continúa y pienso que hay mentes que hacen cosas 100% originales con retales de otros. Como si en su cabeza tuvieran un aparato que felizmente les permitiera alterar para siempre la estructura del tiempo, las formas y los contextos de las cosas.

Hoy, mientras escuchaba esa canción, me ha venido un pensamiento que nada más llegar a casa, sin ducharme ni nada, me he apresurado a anotar: "Es absurdo afirmar que los humanos del pasado remoto son menos inteligentes que nosotros por el mero hecho de haber carecido de nuestros adelantos tecnológicos. El humano siempre ha tenido la misma capacidad intelectiva, por algo ya entonces era humano, y no gato." ¿Acaso alguien hoy puede, por definición, considerarse más inteligente que Aristóteles o que Euclides? Disparates como que la última piedra de las pirámides de Egipto acostumbraban a amablemente ponerla los extraterrestres, vienen de ese mismo prejuicio: los egipcios, más tontos que nosotros, necesitaban un empujoncito ex machina. La idea es tan inexacta como pensar que Joy Division, The Police, Pink Floyd o Supertramp son peores grupos que David Bowie por el hecho de que la música de ellos se halla contenida en la de éste. O que necesariamente El Quijote es peor que una novela escrita hoy. O que la verdad es inferior a nuestra posverdad.

@FdezMallo