Arcadi Espada

La respuesta de Jared Diamond a la pregunta Edge de este año. A su juicio, el concepto que habría que recuperar con urgencia en la discusión intelectual es el del sentido común. Diamond empieza diciendo que en la larga secuencia de una teoría puede haber detalles marginales que pongan en riesgo, aparentemente, la validez de la argumentación central. A veces esos detalles se extraen de la secuencia para brindar una teoría alternativa. Demostrar su falsedad supondría a menudo una gran inversión de recursos; pero, por suerte, disponemos del atajo (y del ahorro) del sentido común, cuya invocación, en la inmensa mayoría de los casos, debe bastar para inutilizar las fantasías.

Es una lección estupenda para todo tipo de investigación, incluida la periodística: innumerables teorías conspirativas anidan en esa sincronización eufórica de detalles llamativos, pero estériles. Diamond no lo dice, pero esa manera de proceder en la discusión intelectual está en su apogeo gracias a internet. Es bien sabido que en la red puede hallarse uno y su contrario respecto a cualquier teoría. De manera, además, cómoda y directa.

En el pasado, ir cuesta arriba del sentido común exigía un largo y duro viaje intelectual, durante el que frecuentemente sobrevenía el desaliento y el benéfico abandono de ridículos proyectos impugnadores. Pero hoy cualquier delirio sube la cuesta del conocimiento en bicicleta eléctrica. Esa facilidad genera ventajas innumerables. Pero también un inesperado empobrecimiento de la discusión intelectual, pública y privada. Porque mientras las teorías o la investigación de los hechos se dedican a taponar, enfangándose, múltiples e ilusorias vías de agua, desatienden la nutrición de la corriente fértil de los argumentos. De ahí que el sentido común, para pasmo de los subversivos, no trabaje a favor de la extenuación de las ideas, sino de su florecimiento.