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Opinión

Peregrinajes

24 marzo, 2017 01:00

Siempre es una buena noticia que los escritores españoles triunfen fuera, pero este caso, además, tiene un mérito doble, o triple, si me apuran: por la juventud del escritor, que nació en 1982, por el tema que trata en su novela -el Holocausto-, y por los países en que los derechos de este libro, aun antes de su publicación en España, han sido vendidos ya, y en donde no son habituales las injerencias foráneas en sus "historias nacionales". Hablamos de Juan Gómez Bárcena, autor de El cielo de Lima (premio Ojo Crítico en 2014), y de su novela Kanadá, que Sexto Piso publica este mes y cuyos derechos han adquirido ya dos editoriales de Holanda y Alemania.

Un día, sólo un día, tardó la "Asociación Basta Ya" en denunciar lo ¿injusto? del premio Andalucía de la Crítica otorgado este año en narrativa a Boabdil, el príncipe del día y de la noche (Douro) de Antonio Enrique. Le acusan de ser amigo del presidente del jurado, además de jurado habitual del premio Andalucía de la Crítica hasta 2014. Y dicen más, dicen que aunque el premio se entrega en mayo, "dada la amistad del ganador con los miembros del jurado, ‘le entregaremos la estatuilla cualquier día, tomando unas cervezas'. ‘Qué más da, hacemos lo que queremos y aquí nunca pasa nada". Nada nuevo.

No es que tengamos muchos motivos en España para sacar pecho en materia musical. Es una verità bien triste que sólo algunos jóvenes se empeñan en atenuar. Por ejemplo, el violonchelista Pablo Ferrández, que peregrina frenéticamente por las grandes orquestas mundiales. Sigan su pista. Más ejemplos: gracias al paso por Ibermúsica esta semana de la Mahler Jugendorchester, la agrupación juvenil fundada por Claudio Abbado y dirigida en Madrid por Daniel Harding, he sabido que España es el país que más instrumentistas aporta, 31 en total. Imagínense si invirtiéramos un poco más en educación musical.

No sólo los grandes museos pueden presumir de sus cifras de visitantes. La Fundación Telefónica, por ejemplo, ha seducido con Nikola Tesla a más de un millón de personas en Madrid, Valencia, México, Colombia y Argentina; su muestra sobre Julio Verne superó los 220.000 sólo en Madrid, y la actual dedicada a Houdini está llevando a sus salas a curiosos que jamás las habían frecuentado.