Un año después del lanzamiento de la triunfante Patria de Aramburu, mi papelera se desborda estos días de literatura sobre terrorismo vasco y violencia en los 80 gracias a novelas como Mejor la ausencia, de Edurne Portela, sobre una familia que intenta sobrevivir a la kale borroka y la reconversión; La línea del frente, de Aixa de la Cruz, en torno a un escritor, militante de ETA, que se suicidó en el exilio, y El refugio de los canallas, de Juan Bas, que trata el mismo tema que Aramburu, pero "desde un ámbito mucho más amplio y con un formato distinto" según su editorial. Y siguen lloviendo libros.



Está a punto de salir Mi abuelo me habría pegado un tiro. Es la historia de cómo Jennifer Teege, negra y alemana, descubrió a los 38 años que su abuelo era el nazi Amon Göth. Göth fue comandante en Plaszow (Polonia). En La lista de Schindler, interpretado por Ralph Fiennes, dispara famosamente a los prisioneros desde su balcón, mientras se despereza (esa escena nunca ocurrió: los asesores históricos de Spielberg le recomendaron retirarla, a lo que él se negó). El testimonio de Teege, impresionante, viene impulsado por la película de Spielberg, lo que podría servir para plantearnos si no estamos banalizando el Holocausto con el trato sensacionalista de lo que ocurrió.



Me pregunto cómo no se ha hecho antes. Mejor, cómo no se ha hecho tal y como lo ha planteado Dani de la Torre. Con todo lo que hemos visto en Hollywood, parece mentira que el cine español no se haya metido con más frecuencia en los míticos años 20. Años de plomo, de matones, de convulsiones sociales... también en España. El director tiene a punto La sombra de la ley, un título a la altura de Brian De Palma con Luis Tosar, Ernesto Alterio, Michelle Jenner...



Andan desolados los amantes de la ópera (sección purista) por el tono de los homenajes a Pavarotti a propósito del X aniversario de su muerte. Como culmen del despropósito, denuncian el especial que le dedicó la Rai, una "desbocada fiesta del kitsch" que no festejó a Pavarotti sino a su marca, mientras su faceta lírica quedaba oculta bajo su vertiente pop. Por allí circularon Ramazzotti, Zucchero, el futbolista Del Piero, Rigoberta Menchú... Los dedos acusadores contra la presunta suplantación señalan a su viuda, Nicoletta Mantovani.