Opinión

Traspaso de poderes

29 diciembre, 2017 01:00

El año que termina la industria cultural confirmó su mejora, a pesar de que los presupuestos generales del Estado congelaran su partida y repitieran los 800 millones destinados en 2016. Varios temas han polarizado el debate del mundo de las letras. Por una parte se han multiplicado los análisis sobre el empoderamiento de la mujer, su papel en la cultura y la familia; por otra, el conflicto catalán ha provocado un maremoto de novedades editoriales sólo comparable a la infinidad de títulos sobre la Revolución rusa, el Holocausto o la Transición. Mientras se preparan los que en 2018 abordarán el cincuentenario de 1968, editores, libreros y autores parecen ver el final de la tormenta perfecta que asoló el mercado editorial. Los grandes grupos (Planeta, Penguin Random House) han seguido absorbiendo sellos independientes, que se resisten a desaparecer y se multiplican. Las listas de lo Mejor del Año que han confeccionado nuestros críticos demuestran que una nueva generación de creadores pide paso. Asimismo, un narrador de la Armada Inglesa, Kazuo Ishiguro, conquistó el Nobel, el Cervantes reconoció la obra del nicaragüense Sergio Ramírez y el Princesa de Asturias, la de Zagajewski, autor del bello poemario Asimetría.

Para el arte ha sido el año en que la mujer ha alzado su voz más fuerte. Importantes exposiciones reivindicativas en España y fuera han lanzado miradas retrospectivas a las aportaciones de las mujeres artistas. Un año en el que también los premios nacionales han tenido protagonistas femeninos -Concha Jerez, Ángela de la Cruz y Cristina de Middel-. Doce meses con un Museo Reina Sofía celebrando al Guernica (80 años), y en el que tres de sus exposiciones -Kentridge, Ferrer y Conner- se imponen en una lista en la que se echa de menos al Prado, quizá tomando aliento para el Bicentenario que se le viene encima (2019). Además, la principal pinacoteca entraba en 2017 sin director: Miguel Falomir tomó posesión de su nuevo despacho en marzo. Un año de celebraciones en el Guggenheim (20 años) y el Thyssen (25) y de incertidumbres para el MARCO de Vigo o el Patio Herreriano que siguen sin director.

En los teatros hemos reído mucho. Se agradece la pujanza de la comedia en todos los circuitos, incluidos los escenarios públicos. Madrid, con sus nuevos directores en el Canal, el Español y Matadero, busca abanderar la vanguardia, pero no parece que los proyectos estén cuajando. Por el desplante de Rigola por el ‘procés', por la compleja iniciación que requieren las propuestas de Feijóo y por el exceso de ‘mensaje' de la programación de Portaceli. La política sigue haciendo daño. El Palau de les Arts ha quedado a la deriva tras la dimisión de Livermore. El Liceo se esfuerza por mantenerse a flote y lo está logrando gracias a la gestión de Scheppelmann. Celebramos también la eclosión de la danza, que recupera espacio en la cartelera.

En cine seguimos a vueltas con la reducción del IVA. En septiembre, tanto el secretario de Estado, Fernando Benzo, como el ministro Méndez de Vigo cruzaron "anuncios" e "intenciones" para terminar coincidiendo en el deseo de bajarlo del 21% al 10%. Confiemos en que rematen la jugada. Fuera de nuestras fronteras, en el Festival de Cannes se revisó el conflicto de las nuevas plataformas y los cambios en los modos de consumo, una polémica de largo recorrido. También se consolidaron las series en los certámenes de cine. También en Cannes se estrenó el bombazo televisivo del año: Twin Peaks The Return, con el que Lynch ha vuelto a hacer la revolución.

En ciencia dio la campanada el informe de la COSCE (Confederación de Sociedades Científicas de España), que desveló que el presupuesto destinado a la investigación en 2016 no llegó a los laboratorios y que un 62 por ciento no se llegó a utilizar. La mala gestión de los recursos científicos -en la que tiene mucho que decir Hacienda- se ha llevado por delante al director, y parte de su equipo, de la Plataforma Solar de Almería, uno de los mayores centros de investigación de energías renovables de Europa. Casos similares se producen en el CSIC, que este año ha conocido a la que será su próxima presidenta, Rosa Menéndez, en sustitución de Lora-Tamayo. Mucho por hacer... y mucho por gastar en la ciencia española.