Image: Se llama Alejandra

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Opinión

Se llama Alejandra

26 enero, 2018 01:00

Luna Miguel

A veces hay cosas que explotan. Cosas que asumíamos como diminutas, como use y disfrute individual, como contenido inaccesible pero que un día hacen ¡Boooom! y entonces su condición cambia. Hace unas semanas, lo que explotó fue un poema de Alejandra Martínez de Miguel, una poeta que se mueve por los circuitos del slam madrileño y que lleva meses batallando para que su voz (y lo que es más importante, la voz de las mujeres que se dedican a estos espectáculos del verso) se escuche un poquito más. Se disfrute un poquito más. Se reivindique siempre. Y pasó. Alejandra Martínez de Miguel ha conseguido que millones de usuarios escuchen en bucle sus palabras y atiendan a un mensaje poderoso y sencillo: "dejadnos bailar".

Lo que Alejandra Martínez de Miguel decía en ese reclamo era que basta de alabar versos sexistas y basta de objetualizar el cuerpo femenino en canciones, poemas y otras obras rítmicas. Su intención no era demonizar el pop, ni el rap, ni tan siquiera Felices los 4, en todo caso, lo que ella quería era matizarlo, apartar por lo lúdico de sus compases y reflexionar, sin embargo, sobre el sexismo de algunos de sus versos. Y se viralizó.

Alejandra Martínez de Miguel se viralizó por ser divertida, por desprenderse de la seriedad, de lo individual, del machismo. Y lo hizo siendo Alejandra Martínez de Miguel (con todas sus letras: Alejandra-Martínez-de-Miguel) por mucho que la gran mayoría de los medios culturales y virales de este país se empeñaran en borrar su nombre, su profesión, su trayectoria o sus intenciones al replicar su obra y su fuerza quizá con la sola intención de arrancar a su costa un puñado de visitas. Así que, por favor, que no se quede en lo anecdótico. Que los "poemas feministas" sigan llenando nuestros ojos. Que las poetas jóvenes singan mereciendo nuestro respeto. Y que su nombre no se nos olvide: Alejandra. Alejandra. Alejandra.

@lunamonelle