Image: El año de la no ficción narrativa

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Opinión

El año de la no ficción narrativa

15 junio, 2018 02:00

Luna Miguel

Es todavía junio pero los que nos dedicamos al periodismo cultural ya estamos pensando en las listas de lo mejor de 2018. Quizá porque en este mes siempre toca hacer balance, o quizá porque conforme avanzan las semanas nos damos cuenta de que este año se presentará el enorme pero maravilloso reto de qué hacer con nuestros narradores favoritos. De dónde meterlos. De a qué maldita lista, corriente o género pertenecerán sus obras.

Parece una duda tonta. Sí y no. Hace unos días, la novelista Mercedes Cebrián la expresaba en otros términos en Babelia, cuando le tocó enfrentarse a una lista de publicaciones recientes escritas por autores de ficción que se habían pasado a ese otro género que los editores han bautizado como No ficción narrativa. Teniendo en cuenta que obras como Ordesa, de Manuel Vilas, habían conseguido colarse en las listas de los más vendidos de Ficción, con miles de ejemplares vendidos, en cuyo interior, en realidad, no existía ficción alguna, había que inventarse un término, o más bien recuperarlo de nuestros colegas anglosajones, que sí están acostumbrados a esta vorágine de publicaciones en las que los límites del ensayo, la ficción, la memoria, el diario y hasta la poesía se habían dinamitado por completo.

Es junio, pero en la cúspide de lo mejor de la "No ficción narrativa" de 2018 ya tengo un favorito. Me refiero a Grandes éxitos, el libro en el que Antonio Orejudo disecciona su propia obra a través de sus fracasos y en el que se atreve a cuestionar la actualidad política y literaria dándole la vuelta a todo. Ahí reconoce, incluso, cuánto le debe el género que practica a la literatura confesional que heredamos de las mujeres -mirad Clavícula, Quién quiere ser madre,- y que durante años hemos cuestionado o considerado menor. Pero ocurre que nada es menor si está bien hecho. Nada es menor si lo que cuenta es importante.

@lunamonelle