Redes, el boca a boca de los libros
Casos como el de la escritora Colleen Hoover y su éxito en TikTok revolucionan día a día la forma de relacionarnos con los libros. ¿Están cambiando las reglas?
Aurora Rodríguez
Grupo Planeta. 'Marketing' y Comunicación de Ficción Internacional
El mejor termómetro de tendencias
Hace unos meses vimos cómo los índices de lectura aumentaban y los libros se convertían en una buena compañía para pasar las horas más oscuras de la pandemia. Al mismo tiempo veíamos cómo algunos títulos publicados hace años incrementaban sus ventas. Desde las editoriales empezamos a buscar la raíz de este crecimiento tan poco habitual, y en muchos casos veíamos cómo el denominador común era TikTok.
La red, que ya existía antes de la Covid, empezó a tener una alta penetración durante el confinamiento entre los más jóvenes, primero publicando bailes y challenges, pero durante los meses posteriores nos descubría nuevos usos, consolidándose como una nueva plataforma de consumo de contenido. Encontramos muchos usuarios en la red compartiendo vídeos, mostrando de una manera muy real su experiencia de lectura mediante reels. La máxima expresión de esta revolución es sin duda Colleen Hoover. Fue entonces cuando etiquetas como #colleenhoover o #colleenhooverbooks incrementaban sus visualizaciones en la red hasta números inimaginables.
Es difícil cuantificar exactamente cómo ha influido TikTok en el fenómeno que es hoy la autora, pero lo que sí sabemos es que Hoover era una escritora ya consolidada en el mercado americano antes de que TikTok nos cambiara las reglas de juego. La autora contaba con más de 20 novelas publicadas, algunas de ellas editadas en español por Planeta. Pero fue a partir de la conversación creada en TikTok cuando se empezó a viralizar a nivel global de una manera exponencial, haciendo que la marca Colleen Hoover se convierta en un fenómeno internacional, y así lo reflejan sus ventas: 20 millones de ejemplares vendidos en el mundo de toda su obra, 8,6 millones de ejemplares en EE.UU. este año (más que la Biblia, dicho sea de paso), 156 semanas en listas de los más vendidos y reina indiscutible de las listas.
Colleen Hoover no es la única escritora: Emily Henry, Penelope Douglas o Tracy Wolff son algunos de los muchos casos que se están viendo beneficiados por la red
Hoover es sin duda el ejemplo más claro del efecto multiplicador que la irrupción de TikTok como nuevo canal de comunicación ha supuesto para los públicos más jóvenes. No es la única. Alice Kellen, Emily Henry, Penelope Douglas o Tracy Wolff son algunos de los muchos casos que se están viendo beneficiados por la red. Actualmente, para el público más joven (y ya no tan joven) las redes sociales en general son, no solo un canal válido de comunicación, sino también un entorno natural de consumo, acceso a información y búsqueda de nuevos productos.
Así lo llevan mostrando desde hace años todos los estudios sobre uso de redes sociales de la población española. Además, es donde encuentran y siguen a muchos de sus referentes de una manera más cercana, lo que hace que la capacidad de influencia de todo este universo sea incalculable.
Las editoriales no somos ajenas a todos estos efectos. Sabemos que las redes sociales en general, y TikTok en los últimos tiempos, se han convertido en uno de los mejores termómetros para medir tendencias, buscar contenido y descubrir nuevas marcas.
Andrea Izquierdo
Escritora y cofundadora de LITERALI Box y Meikabuk
La forma de leer ha cambiado
En un mundo en el que todo sucede demasiado deprisa, el sector editorial no se escapa de esta desenfrenada vorágine. Solo en nuestro país, se editan alrededor de 80.000 libros al año, tanto en papel como en otros soportes (sin contar reimpresiones). Una operación matemática rápida revela que cada semana ven la luz una media de 1.500 títulos.
En 2010, esta cifra batió todos los récords, superando los 110.000 libros. Con estas cantidades, parece imposible encontrar una historia cuya vida útil en la librería supere los tres meses. Para los que escribimos y publicamos, tampoco es sencillo: o juegas bajo las reglas del sector, entrando en una espiral de frustración, o te quedas fuera.
Las novedades se convierten casi en una antigüedad conforme pasan las semanas y el peso de los nuevos títulos entierra los que hace tan solo una semana lucían en la sección de destacados de las librerías, condenándonos al olvido… o no. Desde hace poco más de un año, las listas de los más vendidos nos han sorprendido con títulos “antiguos”. Libros que se publicaron hace varios años y que, de repente, escalan hasta alcanzar los primeros puestos, como si se trataran de las esperadas canciones de Midnights, de Taylor Swift.
En Booktok hay espacio para que cualquier novela se vuelva viral; basta con un vídeo en vertical en el que alguien recomiende el libro, subraye las frases más destacadas o se emocione en directo con el final
¿Por qué la gente está ahora leyendo Crepúsculo otra vez? ¿Cómo es posible que Colleen Hoover, autora de decenas de libros, haya despegado ahora con un título en particular? ¿Por qué está triunfando hoy una novela que se publicó hace treinta años? La respuesta es sencilla: porque la forma de leer ha cambiado. Y la difusión de la lectura, también. El nuevo boca a boca es TikTok, en concreto el hashtag #BookTok, bajo el cual ya se reúnen 86 mil millones de visualizaciones. Aquí, los usuarios mandan, y tienen el suficiente poder como para marcar nuevas tendencias y resucitar cualquier libro, dato que las editoriales no están pasando por alto.
En BookTok hay espacio para que cualquier novela se vuelva viral. No necesita un espacio físico para mostrar el producto, basta tan solo con un vídeo en vertical en el que alguien lo recomiende, subraye las frases más destacadas, se emocione en directo con el final o resuma los famosos clichés que reúnen sus páginas. Sin duda, la plataforma ha establecido una nueva forma de consumir contenido literario. El potente algoritmo de TikTok siempre encontrará un libro que se adapte a lo que estás buscando, incluso aunque tenga que rescatarlo de ese torbellino de publicaciones semanales.
Todavía es pronto para saber si BookTok sustituirá al resto de medios tradicionales de difusión de la cultura. Lo que sí que está claro es que se ha creado un nuevo espacio donde el espectador puede también convertirse en el divulgador, donde los usuarios son ahora prosumidores. Y es esta posibilidad, la de que surjan voces nuevas de cualquier lugar en cualquier momento, la que permite el libre albedrío de las recomendaciones literarias sin tener en cuenta sus semanas de vida al otro lado del escaparate.
¿Serán las “nuevas” tecnologías capaces de salvar los “viejos” libros?