Los escritores Bret Easton Ellis y Hernán Migoya.

Los escritores Bret Easton Ellis y Hernán Migoya.

Jardines colgantes

¿Está perdiendo libertad la literatura?

Las novelas no resuelven problemas. Hemos vuelto a la horda, al vocerío. Estamos ante una generación que no va a salir de la adolescencia jamás, que no le da espacio a los sentimientos. Y es que el arte es una suma de minorías 

26 junio, 2023 02:02

"Por supuesto que la literatura está perdiendo la libertad". Así de vehemente se muestra Bret Easton Ellis. "Dicen que mis libros no son suficientemente diversos porque en ellos son todos blancos y porque no entro más en profundidad sobre la vida de una mujer de la limpieza procedente de Nicaragua", cuenta a Javier Ors (Zenda). "¿Y sabe lo que digo? –añade el autor de Los destrozos– Si no me quieren publicar, pues no me publiquen. Y si no te gusta mi libro, pues no me leas. Me la suda si me cancelan (...). Escribo lo que me da la gana, y si me cancelan, que ya me ha pasado muchas veces, pues allá ellos, ellos se lo pierden. A la mierda todos".

Elvira Roca Barea opina que "lo que ocurre es que nuestra generación está llevando esto fatal, porque abrimos los ojos en la época de la Movida y pensamos que aquello era para siempre". La historiadora explica a Winston Manrique Sabogal (VMagazín) que "ahora hemos regresado a lo que es normal: a la horda, al vocerío, a Zugarramurdi". "Lo políticamente correcto es una suerte de macartismo intransigente –asegura la autora de Las brujas y el inquisidor–, que procede del hecho de que han llegado a la edad adulta, en cuanto a años, varias generaciones que no van a salir de la adolescencia jamás (...). Es una mezcla de ignorancia, infantilismo y barbarie".

"Escribo lo que me da la gana, y si me cancelan, pues allá ellos, ellos se lo pierden". Bret Easton Ellis

Sobre el mismo asunto incide una escritora más joven, Karina Sainz Borgo. "No hay nada más peligroso que los que se vuelven intolerantes para defender la tolerancia", declara a Fran Sánchez Becerril (Ethic). "Las novelas no resuelven problemas –según la periodista, que acaba de publicar La isla del Doctor Schubert–, no reparan deudas históricas y tampoco tienen la misión de explicar nada. Si algo tiene una novela como función primordial es, primero, hacerle compañía a quien escribe y, luego, hacerle compañía a quien la lee". Y concluye: "Creo que estamos creando un mundo indoloro, incoloro, insustancial y profundamente autoritario".

Arcadi Espada dice a Daniel Gascón (Letras Libres) que advierte "miedo en la escritura de mucha gente de tu generación o más joven". "Miedo a resultar impertinente, a que te desplacen. A mí nadie me dice lo que tengo que escribir –proclama el autor de Vida de Arcadio–. Si quieren ustedes, vayan a los tribunales (...). Hay una generación, entre los treinta y cuarenta y cinco (...), que veo con una auténtica pasión preventiva".

Sobre esta generación habla Marta Jiménez Serrano con Álvaro Boro (La Voz de Asturias): "No sé si tenemos miedo a mostrarnos, pero sí a comprometernos –explica la autora de No todo el mundo– (...). Hemos crecido con una generación que no atendía a demasiadas sensibilidades, que no le daba espacio a los sentimientos, y creo que mi generación sí que necesita sacar los sentimientos. Precisamente somos muy conscientes de los riesgos que implica la vulnerabilidad y, entonces, es difícil dar el paso al compromiso".

"Cuando alguien se define políticamente, se limita a sí mismo". Hernán Migoya

Sobre compromiso conversa Manuel Segade con Peio H. Riaño (elDiario.es). "Como institución democrática, los museos son un instrumento para generar condiciones materiales de igualdad –explica el nuevo director del Reina Sofía– (...). Tanto el feminismo, como la lucha de clases, como los procesos de descolonización. Para mí el discurso de género es fundamental. Efectivamente, hay pendientes muchas restituciones que ejecutar. El arte es una suma de minorías".

A Hernán Migoya no se le puede negar el compromiso, pero lo que no le gusta es "definirse en público sobre la coyuntura política". "Cuando alguien se define políticamente, se limita a sí mismo –dice el autor de Putas os quiero a Juan Soto Ivars (El Confidencial)–. Todos tenemos partes de izquierdas y partes de derechas y muchas veces no somos lo que nos etiquetamos. Creo que como escritor tengo la responsabilidad de no endilgarme yo mismo etiquetas, porque mi deber es fomentar y aceptar que me lea todo el mundo".

P. S. Dicen que no se lee por falta de tiempo. "Hoy día te lees una novela de 500 páginas y, por naif que suene, es un gran acto de rebeldía –explica el escritor chileno Alejandro Zambra a David Morán (ABC)–. El mundo no está hecho para eso. Estás desafiando al tiempo cronológico, construyendo un espacio completamente inusual. Entonces, quiero que escribir también sea eso". 

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