Image: El corazón de la tierra

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Primera palabra

El corazón de la tierra

JUAN COBOS WILKINS

26 septiembre, 2001 02:00

Plaza & Janés. Barcelona, 2001. 240 páginas, 2.650 pesetas

En algunas ocasiones, la anécdota aparentemente menos literaria puede dar pie a una buena trama de ficción. Todo depende del talento de quien nos lo cuenta.

Talento para cribar la información y reconvertirla, no necesariamente una crónica, que funcione de ese modo autónomo en que deben funcionar las ficciones. Juan Cobos Wilkins ha sabido hacer eso, y muy bien, en su primera novela, El corazón de la tierra, donde, partiendo de ciertos acontecimientos históricos que le resultaban próximos -la explotación de las minas de Río Tinto, en Andalucía, por parte de una compañía inglesa, desde finales del siglo XIX- ha creado una historia que habla, sobre todo, del placer de compartir las pequeñas cosas, de las razones de la amistad y de la memoria como materia prima no sólo de nuestras vidas sino también de nuestras ficciones.

El argumento recrea la amistad entre dos mujeres, Blanca y Katherine, emparentadas por la estrecha relación que ambas mantuvieron con un personaje desaparecido, White, lo que las ha hecho portadoras de un secreto compartido. Un secreto que la mano del narrador sabe dosificar muy bien, creando una creciente intriga que nos empuja a saber más a medida que la novela avanza. Todo ello en el escenario común de las explotaciones mineras de Río Tinto, un paisaje dantesco, pictórico, que la mirada de Cobos Wilkins logra convertir en misterioso y poético. Y es que no en vano el autor ha cultivado largamente la poe-sía -su bibliografía comprende una larga nómina de títulos- y ha coqueteado también con el ensayo. Se nota mucho en esta novela que hay un oficio adquirido, pero también se percibe ese extraño gusto por las palabras, por las imágenes -una a destacar por su fuerza: la comparación de las minas con el infierno de Dante-, por el adjetivo justo de quien ha cultivado sobre todo el verso. También se ofrecen al lector otros sutiles regalos: la recreación de los giros y las expresiones propias del habla andaluza o la precisión con que se tejen algunas escenas en que las dos mujeres comparten cosas al parecer tan insignificantes como una receta de cocina. Sin olvidar tampoco el rescate de algunos episodios de la historia de Río Tinto, tan curiosos como literarios, que encajan en la ficción como en la horma de su zapato. Que nadie se asuste por esa trama histórica subyacente, ni por lo insólito de su objeto: esta novela habla de lo que nos habla la buena literatura de todos los tiempos.