Memorias del Guadarrama
JULIO VÍAS
26 septiembre, 2001 02:00Para quienes Madrid es apenas ese lugar que el tópico describe como la ciudad sin raíces, la riqueza orográfica, histórica y cultural que recopila Vías es toda una revelación. El libro se convierte en una guía de lujo para quien se anime a conocer mejor la sierra de Madrid, y a la vez es todo un testamento para quien ya la conoce y la ama, la consagración documental de "los valores de un patrimonio cultural enraizado en un excepcional territorio", como leemos en el prólogo de ángel del Campo.
La reconstrucción de la historia de las sierras de Guadarrama y Somosierra nos transporta a un pasado que nos afecta e interesa a todos. Nos interesa el marco de la que fue frontera natural durante tres siglos entre la Cristiandad y el Islam, y nos emociona la cartografía de tanta aventura. La sierra que atravesó el caudillo musulmán Tariq tras tomar Toledo, que luego los nobles cristianos dominaron a golpe de "portazgo", fue hace más de cien años un foco de exploraciones donde ilustres científicos (o ilustres sin más, como Teóphile Gautier o Alexandre Dumas), naturalistas, alpinistas o esquiadores dejaron su huella. Nuestra añoranza de una tierra virgen nos hace desear, como le ocurrió a la madre de Del Campo, encontrar ese coleóptero atrapado en el hielo de la leche merengada.