Acurrucada en su independencia indestructible, Isabel San Sebastián no pertenece a ninguno de los circuitos que dictan su ley en nuestra república de las letras. A pesar de eso figura ya en lugar destacado, alzándose sobre la enredada maraña de la novela española. Periodista de altos vuelos y artículos caviables, ensayista sagaz y certera, desenmascaró a Arzallus en El árbol y las nueces, fustigó después a Rodríguez Zapatero y se mantuvo en equilibrio frente a los despropósitos de la clase política española.

Escribí alguna vez que entre la espesa hiedra de columnistas que cubre hoy los muros del periodismo español, destaca Isabel San Sebastián, mujer liberada del siglo XXI y hembra fuerte de la Biblia: “Hermosa eres, oh amiga mía, dulce y encantadora como Jerusalén, terrible como un ejército en orden de batalla”.

Se decidió a entrar la gran periodista en la ficción para dejar muestra de su talento literario y su capacidad de fabulación. En La visigoda narra las peripecias de una cristiana cautiva. En La mujer del diplomático cruza los tiempos con evidentes atisbos autobiográficos.

Isabel San Sebastián acaba de publicar su mejor novela: Lo último que verán tus ojos. Es una historia de amor escéptico entre Carolina Valdés, crítica de arte, erudita insultante, mujer de armas tomar, y un taxista neoyorquino, Philip, judío, nieto de un abogado brillante asesinado por los nazis en la página atroz del Holocausto.

La historia narrada con una bella escritura eficaz no decae un instante. Philip reconoce en la subasta de un cuadro del Greco, al que su abuelo tenía en la casa familiar de Budapest y, de acuerdo con Carolina, emprende la aventura de encontrar al vendedor, recorriendo paisajes de la tierra y del alma en Inglaterra, en España, en Hungría, en los lugares por los que desfiló el cuadro y el jerarca nazi que lo robó.

El padre de Philip, Joseph Sofer, hijo de Judah, la víctima familiar de la vesania de Hitler, pudo huir con su madre y su hermana del Budapest ocupado, recaló en España y cuando muchos años después descubrió a Kurt Kaltman, el ladrón, el criminal que asesinó a su padre, lo torturó y mató en la casa que el nazi poseía en Sotogrande, cebándose en su venganza hasta arrancarle los ojos. El que a hierro mata a hierro muere.

Philip decide, sin embargo, no hacer lo mismo que su padre tras descubrir en Londres al hijo del ladrón. Por amor a Carolina, acepta una fórmula que dará solución final a la gran novela escrita por Isabel San Sebastián.

La arquitectura literaria de Lo último que verán tus ojos es sobria y de vanguardia. La psicología de los principales personajes, profunda y bien articulada. Cada uno se expresa en su lenguaje personal, con sus giros, sus elogios y sus insultos. Los diálogos los ha construido Isabel San Sebastián de forma brillante y la descripción de las diversas ciudades en distintas épocas y de los paisajes urbanos demuestran la maestría literaria de la autora.

La novela tiene defectos pero dejo a otros que los señalen o subrayen. No corresponde a esta Primera palabra la crítica sino el comentario y el análisis.

Tengo mis dudas de que los sectarios de turno reconozcan la alta calidad literaria de la nueva novela de Isabel San Sebastián. Disfrutamos de algunos críticos espléndidos pero abundan los excluyentes, los devotos de los circuitos políticos e intelectuales que imponen su dictadura sobre la expresión artística en España.

Por eso me complace subrayar de forma especial la alta calidad literaria de la nueva novela de Isabel San Sebastián que, editada por Plaza Janés, encontrará sin duda el respaldo de infinidad de lectores.