Image: Josep Piqué, el mundo que nos viene

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Primera palabra

Josep Piqué, el mundo que nos viene

21 septiembre, 2018 02:00

“China -escribe Josep Piqué en su último libro- representaba el 4 por ciento del PIB mundial hace veinticinco años. Dentro de apenas cinco, será ya el 21 por ciento, siendo su población apenas el 18 por ciento”. Tal vez en veinte años se habrá convertido en la primera potencia económica del mundo. Ya ha desplazado a Japón y a Alemania. Por otra parte, China hoy no es propiamente un país comunista. “La función del comunismo en China -según Josep Piqué- ha sido estrictamente pragmática, una herramienta para construir un Estado más confuciano y nacionalista que comunista”. La China actual es una dictadura de partido único que ampara un sistema capitalista.

Pasé en China el largo exilio al que me envió el dictador Franco, por un artículo publicado en el ABC verdadero con el título La Monarquía de todos. Desde entonces he seguido la evolución de la nación con interés creciente. Mao Tsé-tung fracturó la relación con la Unión Soviética, que quería convertir a Pekín en una nación satélite estalinista con diez divisiones acorazadas. Mao afirmó: “En la mesa de negociación internacional solo se sientan los países que tienen en el bolsillo la bomba atómica”. Recuperó a los científicos chinos que trabajaban en el extranjero, construyó con ellos el poderío nuclear, se sentó en el concierto internacional junto a los cuatro países que disponían de armamento atómico y, en lugar de diez divisiones acorazadas, organizó una guerrilla de 10.000.000 de soldados porque Vietnam le había enseñado que los americanos ganaban fácilmente la guerra y perdían “la guerrilla” por la reacción ante el goteo de los muertos en la opinión pública estadounidense.

Josep Piqué se adentra con extraordinaria sagacidad en el mundo actual para anunciar con grave acento de verdad el que nos viene: China ha emprendido ya el camino para liderar la comunidad internacional; la UE no termina de convertirse, zarandeada por sus disensiones internas, en los Estados Unidos de Europa; Rusia quiere recuperar el papel que jugó en el último medio siglo y el mundo islamista no parece capaz de superar sus irreconciliables rencillas religiosas. Josep Piqué hace una sagaz observación en torno a Iberoamérica, a la que llama América Latina. Y aborda también la significación de la revolución digital y la situación incierta de España.

En discrepancia con el Estudio de la Historia de mi maestro Arnold J. Toynbee, la sustitución de un Imperio por otro, la constancia de las curvas evolutivas de la civilización y la cultura, Josep Piqué piensa que el Imperio americano, que aplastó al ruso durante la guerra fría, no será sustituido por el chino. Pekín se convertirá en la primera nación del mundo pero no imperará sobre él. El equilibrio de fuerzas, la globalización, el alud de la información que desborda internet, mantendrá un equilibrio inevitable en el mundo que viene.

Gran libro, en fin, de uno de los políticos más cultos y constructivos de la España actual. Frente al reaccionarismo estéril de ciertos partidos pero también frente a los aldeanismos progres de una buena parte de nuestra clase política, tan mansurrona y lanar, el autor de El mundo que nos viene eleva su mirada de águila por encima del conjunto de la política internacional para despertar el interés y la inquietud del lector sobre el contenido de un libro de alcance ciertamente extraordinario.

Zigzag

Tom Wolfe subrayó la evidencia: que el periodismo es una ciencia de la información y a la vez un género literario. La literatura es la expresión de la belleza por medio de la palabra. Wolfe creía, tal vez con exageración, que el periodismo literario había sustituido en el siglo XX a la “caduca novela”. En su libro póstumo, el gran periodista se enfrenta a Darwin. La evolución desde el animal irracional al hombre racional se estrella con el lenguaje. Ningún animal es capaz de pronunciar media docena de palabras coherentes. El eslabón perdido es la lengua, según Tom Wolfe.