Josep Antoni Duran i Lleida está considerado el mejor orador parlamentario de la democracia española. Si hubiera recibido los apoyos necesarios, la situación en Cataluña sería muy distinta. Pero la miopía política de los partidos constitucionalistas impidió robustecer su figura. La moderación, la prudencia, la seriedad ideológica y la sagacidad política presiden la vida pública de Duran i Lleida que, en su libro El riesgo de la verdad, editado por Planeta, esclarece los largos años de la democracia española con sus aciertos y también con sus absurdas cegueras. No se arrepentirá el lector que se adentre en esta obra, clave para entender la realidad profunda del último medio siglo de la vida española.
José Luis Garci es uno de los nombres cimeros del cine español. Desde su independencia radical, y al margen de los circuitos políticos, ha construido en la gran pantalla el edificio de su entendimiento de la vida y del arte. Es además autor de escritura precisa, sin alardes literarios. En 1971 publicó un libro sobre Ray Bradbury, al que hace medio siglo calificó como humanista del futuro. La distópica novela Fahrenheit 451 y su inmersión en la ciencia ficción alentaron a José Luis Garci a escribir un libro imprescindible que Hatari Books reedita ahora.
He seguido a Luisa Castro desde que empezó. Es una de las voces líricas más importantes de nuestra República de las Letras. Desde su Odisea definitiva, cuando no tenía veinte años, hasta Actores vestidos de calle, la poeta ha mantenido en media docena de libros el aliento lírico, la metáfora precisa y la adjetivación erecta. Visor publica ahora la poesía de Luisa Castro en La fortaleza, que es la antología de una obra de especial significación en la vida literaria española. "Despiértame de este sueño de la muerte, príncipe de mis días, acércate, encuéntrame en este sueño de la muerte" porque "tan bella como pueda serlo aquella que ha cruzado huyendo un bosque y se ha rendido, así soy yo de bella".
He disfrutado leyendo el libro de Alfonso Alegre –Días como aquellos. Granada, 1924– sobre la relación entre dos grandes poetas: Federico García Lorca y Juan Ramón Jiménez. No he conocido a ninguno de los dos, por razones de edad o de distancia. Pero sí me he sumergido, mar adentro, en su obra poéticamente excepcional. No recordaba yo el encuentro en Granada en 1924 entre los dos poetas, que compartieron con Manuel de Falla largas horas de conversación y confidencias. Alfonso Alegre ha escrito un libro de enorme interés que se devora línea a línea. De los principales personajes del relato solo tuve relación con Isabel García Lorca cuando debatíamos sobre la conveniencia de publicar o no los Sonetos del amor oscuro. Pienso que esa fue la más importante exclusiva de mi dilatada vida profesional.
Arnold J. Toynbee recelaba de Oswaldo Spengler y de Ortega y Gasset. Distinguía, sin embargo, a Johan Huizinga, sin duda uno de los grandes filósofos de la Historia desde que Giambattista Vico publicó Principios de ciencia nueva. Manuel Moreno Alonso ha prologado de forma certera un libro de Johan Huizinga que se lee de un tirón, en el que se agrupan diversos ensayos bajo el título La ciencia histórica (Renacimiento). Huizinga, que cosechó elogios también de Ortega y que admiró La decadencia de Occidente, el libro cardinal de Spengler, traducido por García Morente, se alinea en un nivel solo superado por Toynbee, tal vez. El otoño de la Edad Media es su obra definitiva. Le dedicaré más espacio a este volumen La ciencia histórica, que recomiendo ahora como interesante lectura de verano.
Y un recuerdo final para un libro espléndidamente ilustrado y escrito con pasión por Sol de Diego: Templo de emociones, editado por Pigmalión, al que Luis Alberto de Cuenca dedica sinceros elogios. "Nuestra poeta –se lee en el prólogo– vive su creación de una forma especialmente intensa, sin que nada ni nadie turben su generosa y obstinada entrega al hecho lírico, que en ella –como en todo poeta vocacional– está transido en medio del ensueño, de pulsos biográficos y reales".