El idioma español, el tesoro más importante de la cultura hispánica
La Real Academia Española se ha apuntado un éxito de verdad en el congreso de la lengua que se celebró en Sevilla y al que acudieron los Reyes Don Felipe y Doña Letizia. Santiago Muñoz Machado ha sabido medir la dimensión del idioma español que constituye el máximo tesoro de la cultura hispánica en todo el mundo y ha dado al acontecimiento en la capital andaluza todo el realce que se merecía.
580 millones de personas hablan español en los cinco continentes. Para más de 500 es la lengua materna, lo que nos sitúa en el primer lugar, sin caer en chovinismos absurdos porque está claro que el inglés, como el latín en la Edad Media, es, con diferencia abismal, el idioma internacional. Las minorías dirigentes de todo el mundo se entienden en el idioma de Shakespeare y Churchill, como antes lo hicieron en francés. Según ha demostrado José Varela Ortega en su espléndido libro sobre España, en los siglos XVI y XVII, fue el castellano el gran idioma internacional. Cerca de 30 millones de personas aprenden español actualmente. Incluso en el Reino Unido se está convirtiendo en la lengua más estudiada. También lo es en la primera potencia del mundo, Estados Unidos, y con gran diferencia. Tras el inglés, el idioma más estudiado en China, Japón, Alemania, Brasil, Italia y Francia es el español.
7.000 lenguas se hablan en el mundo. El inglés es el idioma internacional más utilizado. En segundo lugar, está el español porque el chino no es un idioma internacional, como sí lo son el árabe, el portugués o el francés.
En los cien años largos del Premio Nobel de Literatura, seis escritores hispanoamericanos lo han ganado y cinco españoles. Es decir, el idioma de Cervantes y Borges se ha encaramado en once ocasiones en la cúspide del Nobel literario.
En una encuesta rigurosa y actual, el español es la lengua que más les gustaría aprender a los jóvenes europeos entre los 15 y los 30 años de edad. Los cerca de 90 millones de turistas que visitan España cada temporada se han dado cuenta clara de la significación del idioma español en el mundo.
La Real Academia Española ha tenido el gran acierto, que encabezó Dámaso Alonso y acentuaron Fernando Lázaro Carreter y Víctor García de la Concha, de que la más importante tarea académica en los nuevos tiempos no era fijar, limpiar y dar esplendor al castellano, sino mantener la unidad del idioma. El latín se desperdigó en una serie de lenguas romance que no se entienden entre ellas: italiano, francés, español, portugués, rumano, provenzal, catalán, gallego… La Academia tuvo el acierto de incorporar a la preparación del Diccionario y a las tareas académicas a las 24 naciones en las que el español es el idioma oficial o que se habla ampliamente. El Diccionario lo firman hoy 24 Academias de 24 países. España solo representa el 9% del castellano y es la tercera nación hispanohablante. En primer lugar, figura México, después los Estados Unidos de América y pisando los talones a España, se encuentran Colombia y Argentina.
El idioma de Cervantes y Borges, de Lorca y Neruda, de San Juan de la Cruz y Rubén Darío, de Ortega y Gasset y Octavio Paz, de Pérez Galdós y García Márquez, de Miguel Delibes y Mario Vargas Llosa, de Vicente Aleixandre y Gabriela Mistral, de Camilo José Cela y Miguel Ángel Asturias, de Francisco Quevedo y Julio Cortázar ha hecho un impresionante alarde de potencia en el congreso de Sevilla. Y se dispone a situarse en la vanguardia del desafío digital que es el futuro insoslayable. Vivimos la Edad Antigua, la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea. Estamos ya de lleno en la Edad Digital. El teléfono móvil se ha convertido en el tercer brazo de casi todos los ciudadanos y ciudadanas. Y es necesario conseguir también que los miles de millones de máquinas que vertebran la vida de las sociedades se expresen en buen español.