En los pasados días 28 y 29 de junio nos reunimos en Ámsterdam los representantes de las instituciones que constituimos en Berlín, en 2020, la European Alliance of Academies. Una alianza para crear una red en defensa de artistas e intelectuales europeos, con carácter transnacional, en el sentido de entender la cultura como fundamento de una posible identidad europea, al contrario de aquellos movimientos identitarios excluyentes y ultranacionalistas que proliferan, por desgracia, por toda Europa.
En este proyecto, la idea de solidaridad, que aúna a más de setenta instituciones europeas, ha sido determinante para defender el espacio de libertad que representa la cultura, en cuanto uno de sus componentes, el arte, tiene el poder de resistir al Poder. Algo así vino a afirmar el Premio Cervantes, Sergio Ramírez, cuando dijo que “a los ojos del poder absoluto, la novela se vuelve subversiva”.
la solidaridad ha sido determinante para defender el espacio de libertad que representa la cultura
El encuentro de Ámsterdam, coincidente en sus fechas con la reunión de la OTAN en Madrid, tuvo como enunciado el de Contested Histories, Shared Futures. Es decir, la posibilidad de compartir un futuro común en el contexto de pasados singulares, repudiados desde el presente histórico.
Con este marco teórico, la exposición de casos para el debate se agrupó en dos líneas de discusión: la referida a las instituciones culturales puestas en cuestión por la opinión pública por diversos motivos (el nombre de ellas, el contenido de su colección o incluso su ubicación concreta) y la que tenía como objeto responder a la pregunta de cómo tratar a los monumentos ubicados en el espacio público, también cuestionados por lo que representan, al retener una memoria de un pasado no asumible por el presente.
La respuesta vino presentada por cinco artistas que mostraron los ejemplos de sus intervenciones, ya fuera por su demolición, ya sea por las adiciones que confrontaban su significado.
Erik y Ronald Rietveld, dos hermanos que conjuntan la filosofía, el arte y la arquitectura, en compañía de artistas como Joanna Rajkowska, Amina Menia y Fernando Sánchez Castillo, presentaron algunas de sus obras en relación con esta problemática.
Rajkowska, con su famosa “Greetings from Jerusalem Avenue”, una palmera artificial de 15 metros de altura, instalada en esa avenida de Varsovia, y posteriormente protegida una vez finalizada la exhibición oficial. La argelina Menia, con sus instalaciones que denuncian la memoria confiscada y la falta de libertad. Y el español Sánchez Castillo, con una serie de propuestas irónicas sobre el Valle de los Caídos.
RAAAF (Rietveld Architecture Art Affordances), el estudio experimental de los hermanos holandeses, inició su actividad en 2006 bajo el concepto de “Hardcore Heritage”, una vía de reflexión y pensamiento sobre los monumentos y el patrimonio cultural. Su estrategia basada en la destrucción deliberada de aquellos, en algún caso, en cambios radicales en el contexto de otros, o en el añadido de elementos, que procuran campos de tensión capaces de alterar la memoria histórica que cobijaban, proponen siempre una poética del vacío, rechazando la acumulación de imágenes y signos que nos atosigan en lo cotidiano.
Obras de intensidad emocional como Bunker 599, una instalación defensiva recortada y cruzada por un camino-pasarela que modifica la relación interior-exterior, al mismo tiempo que contravenían la ortodoxia sobre la intervención en el patrimonio cultural de la UNESCO. O Vacant NL, su contribución a la Bienal de Venecia 2010, así como la más reciente transformación de la torre-observatorio construida por los nazis en los alrededores de Viena, desnuda del hormigón que ocultaba sus armaduras de refuerzo, para convertirla en una trasparente escultura que reivindicaba el vacío.
La conferencia final introdujo la actualidad más cruel. Vasyl Cherepanyn, el director del Visual Culture Research Center de Kiev habló por vía telemática sobre la guerra en Ucrania y el futuro de la Memoria Europea, mientras se disculpaba por estar pendiente de la alarma que le obligaría a acudir al refugio.
Juan Miguel Hernández León (Málaga, 1945) es arquitecto y, desde 1995,
presidente del Círculo de Bellas Artes. Casa de Europa.