¿Cuanto debemos los usuarios a los desarrolladores, cocineros y la comunidad Android en general? Muchísimo. Desde salvar terminales que para todo el mundo ya estaban muertos hasta llevar realmente al límite la potencia de un dispositivo Android. En la mayoría de los casos esto se debe a que los consumidores no estamos satisfechos con el trabajo que han realizado los fabricantes, después de habernos gastado una cifra considerable por el dispositivo. No estamos satisfechos por una razón: los fabricantes no hacen bien su trabajo.
¿Cuantos fallos hemos visto nada más lanzar el dispositivo? Muchísimos. Ejemplo claro es la gama One y en concreto el One X, que como ya os comenté en su review, tenía cierto lag con fondos animados y en la navegación web. Hablando de un dispositivo quad-core que es ahora mismo gama alta esto es inadmisible.
¿Cuantos fallos hemos visto con cada actualización? Como casi siempre hago en estos casos, voy a recurrir a mi experiencia con mi HTC Desire en el pasado. Prometieron Android 2.3 Gingerbread pero tras muchos meses de espera, lanzaron un pack que había que introducirlo desde el PC y cuyo principal fallo era la cámara, la cual no funcionaba correctamente cuando se hacía uso del flash.
Y por último, ¿Cuantas veces han dado una segunda/tercera/cuarta vida a un dispositivo? Muchas. El Galaxy S creo que es el más adecuado para testificar esto. Un dispositivo que según Samsung no podría pasar de Gingerbread, funciona como la seda con Jelly Bean gracias a custom ROMs portadas del Nexus S.
Todo esto nos lleva a una conclusión muy simple: los fabricantes esperan que les solucionen el problema. Lanzan dispositivos con fallos de software, apenas innovan (salvo casos puntuales) y lo mejor de todo, la obsolescencia programada hace que un dispositivo muera antes de tiempo. Todo estos problemas esperan que los solucione la comunidad. Espera que un usuario cuyos conocimientos de informática son muy básicos, rootee su dispositivo e instale una custom ROM para solucionar unos problemas que el fabricante no es capaz/ no quiere solucionar aunque el móvil nos haya costado 500 euros.
Pero ya la cosa no queda aquí, esperando a que la comunidad le resuelva los fallos de software, sino que ahora les proporcionan las herramientas necesarias para que innoven. Abren sus SDK y sus códigos esperando que los desarrolladores trabajen con ellos para después copiar su trabajo. Porque no es la primera vez que vemos en una ROM stock, algo que llevábamos mucho tiempo disfrutando con custom ROMs. Lo mejor de todo es que lo envuelven en forma de: Android es muy abierto, queremos que explotéis todo su potencial.. etc. Una conducta muy poco ética por parte de los fabricantes.
Es impresionante que unos fabricantes a los que le pagamos no sean capaces de hacer su trabajo correctamente como si hacen los desarrolladores, pero en su caso sin ningún beneficio. De alguna forma los consumidores deberíamos de darle un toque a los fabricantes para que trabajen como es debido y dejen de esperar a que la comunidad Android lo haga todo.