El precio justo: ¿cuál es el método de pago mas justo para los videojuegos?
Seguro que mientras que repasabas El Androide Libre, alguna vez te has encontrado algún juego que te parecía interesante. Buenos gráficos, una mecánica de juego con potencial, y unos niveles de producción adecuados. Has abierto Google Play para bajarte la aplicación, pero resulta que es de pago. Durante un segundo, te planteas sacar la tarjeta de crédito, pero acabas descartándolo. Tal vez sea mejor esperar a que pase fin de mes. Tal vez existe otro juego parecido pero gratis. Tal vez lo piratees. El caso es que no compras el juego, pero ¿alguna vez has pensado cuál es el precio ideal y cuál es el método perfecto de pago?
Crear videojuegos cuesta dinero. Que el creador decida cobrar por el juego es otra cuestión, pero lo que no podemos negar es que hay un valor en esa pieza de software, aunque sea por la cantidad de horas gastadas por un programador. Pero la mayoría de usuarios sigue reticente a pagar por ellos, y hasta no hace mucho la alternativa era piratear. Afortunadamente, los creadores están experimentando con nuevos métodos de pago que no siempre implican un esfuerzo desconsiderado en nuestras carteras. Lamentablemente, ciertas compañías están abusando de estas prácticas. Veamos qué métodos de monetización hay disponibles hoy en día.
Gratuitos. El juego en cuestión está disponible en su totalidad a precio 0. Normalmente hay dos razones por las que un desarrollador quiera regalar su juego. Puede ser porque le haya servido como aprendizaje y ya esté metido en proyectos mas importantes, o porque el programa ya tenga sus años encima y no esté dando ningún beneficio. A veces existe la posibilidad de donar al desarrollador de manera voluntaria.
Gratuitos con publicidad. El juego está disponible completo, pero debes aguantar publicidad mientras que estás usando el juego. Esa publicidad puede venir en forma de banners, o integrada en la propia aplicación. Este tipo de financiación parece ofrecer el equilibrio perfecto, pero no todo es tan bonito. Los banners traen consigo un posible problema de privacidad, con empresas especializadas que recopilan todo tipo de información privada del dispositivo. Hay maneras de evitar que aparezcan, pero en ese caso estás perjudicando al desarrollador. Además, a menos que el juego en cuestión tenga un cierto éxito, no sale rentable.
Gratuitos con micropagos. No hace falta pagar por el juego para disfrutarlo, pero una vez dentro del juego podemos acceder a diversos elementos si pagamos. Estos pagos suelen ser pequeños, a cambio de items o de misiones especiales. Últimamente se está dando el caso de empresas que están abusando este sistema, lo que provoca que los aficionados los llamen Pay2Win. Esta situación se da cuando el juego aumenta la dificultad de manera artificial llegado a un punto, por lo que la única manera de seguir avanzando es pagando por un ítem mas poderoso o por alguna habilidad especial solo disponible en la tienda. Por tanto, estás «pagando por ganar», ya que completar el juego no depende de tu habilidad.
Demos gratuitas o versiones «Lite». No hace falta pagar por el juego para instalarlo, pero no tendremos acceso a todo lo que tiene que ofrecer. Es un sistema ideal si el desarrollador quiere cobrar por su trabajo, pero también le interesa que los usuarios prueben de primera mano el juego. Normalmente solo es posible jugar a los primeros niveles, o hay ciertas limitaciones de tiempo.
Juegos de pago. El sistema «tradicional» por así decirlo. El desarrollador pide una cantidad de dinero por el juego, y tu decides si merece la pena pagarlo. A veces el desarrollador lanza una versión «Lite» para atraer nuevos jugadores.
Y ahora es donde empieza lo malo. Muchas empresas están empezando a mezclar sistemas de pago, en un intento de conseguir un flujo continuo de dinero a costa de la experiencia de usuario. La peor mezcla de todas es la de juegos de pago, que a su vez incluyen micropagos. Es un sistema pésimo para el jugador, ya que no solo tiene que realizar un pago inicial (a veces de una cantidad considerable), sino que una vez que está jugando se encuentra con que si no paga no puede avanzar en el juego. Es como si estuviese pagando por una demo. Por eso prefiero un juego caro, antes que uno mas barato con micropagos. El esfuerzo financiero inicial es mayor, pero seguramente acabe ahorrando dinero a largo plazo.
Todos sabemos que el desarrollo de un juego no es barato, que hay muchos costes que cubrir, pero lo que no pueden hacer las empresas es estrujar de esa manera la gallina de los huevos de oro. Cada uno de los sistemas de pago que hemos visto tiene sus pros y sus contras, pero juntar varios en un solo juego es contraproducente para el usuario, y, por tanto, para la propia empresa, que perderá a sus usuarios frustrados.
¿Cuál es vuestro sistema de pago preferido? Si un juego os parece muy interesante ¿sois capaces de pasar por alto el problema del precio?