Hasta no hace muchos años, el mercado de los procesadores de consumo estaba dominado por dos grandes fabricantes: Intel y AMD. La segunda apenas aguantaba el demoledor ritmo de la primera, pero en varias ocasiones los procesadores Athlon no solo podían mirar a los ojos a la oferta de Intel, sino que en muchos casos incluso la superaba. Este toma y daca se alargó hasta límites insospechables, y de hecho se podría decir que en el mercado de PC es una lucha que continúa viva. Pero entonces resurgió un mercado por el que nadie daba nada, el mercado de dispositivos móviles.

De repente, tanto Intel como AMD se encontraban con el pie cambiado. Ambas contaban con productos de bajo consumo para portátiles, pero ni de lejos llegaban a los requerimientos de dispositivos con baterías pequeñas y sistemas operativos que demandaban cada vez mas capacidad de procesamiento, por no mencionar unas carcasas mucho mas finas que no podían contener todo el calor generado por un procesador normal. Encontrar el equilibrio entre potencia y consumo no es nada fácil, y menos aún si sigues con la misma filosofía de los últimos treinta años.

Precísamente esa tozudez a la hora de crear productos para un segmento especial es (y sigue siendo) el mayor problema de Intel y AMD en este mercado que algunos han dado en llamar «Post-PC», en el que los smartphones y tablets se están vendiendo como rosquillas mientras que los fabricantes de ordenadores personales no saben qué hacer para deshacerse de las unidades que tienen en stock. Porque cuando Intel y AMD se vieron en la circunstancia de tener que lanzar chips para productos móviles, lo único que se les ocurrió es hacer lo mismo, pero mas pequeño y peor. Mientras tanto, aquellos fabricantes que se pasaron a la arquitectura ARM han disfrutado de unas consecuencias completamente contrarias.

El mejor ejemplo lo vemos en los datos mundiales de suministradores de procesadores, en el que Qualcomm y Samsung han adelantado a AMD, que se queda en el cuarto puesto. Desde los años 90, AMD ha permanecido fielmente en la segunda posición de fabricantes, en una posición que no era la ideal, pero si lo suficientemente buena como para garantizar la expansión. Los tiempos han cambiado, y AMD se encuentra con que ha apostado por el caballo perdedor. No solo sigue siendo la segundona en el mercado de los PCs, sino que como este se ha visto reducido, ha sido la que mas ha sufrido.

Intel, en cambio, parece haberse adecuado mejor a las circunstancias, pero bien puede ser un espejismo. Solo han bajado un punto porcentual en un año, pero parece que lo ha conseguido gracias a canibalizar las ventas de AMD, y no porque realmente se haya adaptado al mercado móvil. No es porque no lo esté intentando, desde luego, pero sería sorprendente que el año que viene obtuviese datos tan buenos. Una vez que le quite las ventas a AMD, a Intel no le quedará mucho sitio en el que expandirse, y es entonces cuando una baja presencia móvil le puede jugar malas pasadas.

Los grandes ganadores son los fabricantes que han apostado por la arquitectura ARM, específicamente Qualcomm y Samsung. La primera se ha convertido en una referencia en lo que respecta a la relación rendimiento/coste, y muchos de los smartphones y tablets que aparecen en esta web cuentan con uno de sus chips. En el futuro la cosa sigue pintando igual de bien, con productos como el Snapdragon 800 que prometen seguir la misma senda.

En el caso de Samsung, la situación es mas compleja. No hay que negarlo, buena parte de la razón del éxito de la compañía coreana está en el hecho de que es el único suministrador de Apple para sus dispositivos. Sin embargo, los rumores y la actitud reciente de la manzana indican que esto podría acabar mas pronto que tarde, con lo que el daño para Samsung podría ser espectacular. Para compensarlo, la gama Exynos debería recibir cada vez mas cariño, con modelos como el Octa que llenen ese previsible vacío que se creará.

Como vemos, el mercado de los procesadores ha cambiado de una manera espectacular en muy poco tiempo, y es inevitable que lo siga haciendo en los próximos años. Aquellos fabricantes que no se hayan adaptado a los tiempos están condenados a caer, y lamentablemente para sus aficionados, es muy posible que AMD sea la primera en hacerlo.

Fuente | IC Insights