Google publicó el pasado jueves los resultados del último cuatrimestre, quedando algo por debajo de lo esperado, creciendo un 15% y logrando un total de 14.444 millones de dólares, pero el beneficio por acción trimestral fue algo inferior a lo que se esperaba, dando 6,88 dólares frente a 7,11 dólares esperados.
Y entre la enorme ensalada de números que presentaron algo llamaba la atención, o mejor dicho, la ausencia de ese algo: en el informe de catorce páginas sobre los ingresos de la compañía de Mountain View no había ni una sola mención sobre Android. De esto se podría interpretar que Android es algo poco importante dentro de la maquinaria de hacer dinero que es Google, sin embargo no es así: a pesar de que ni se nombra el sistema operativo móvil dentro de los resultados de la compañía, esta es un elemento pivotal.
Pero Google está jugando una partida de ajedrez, y en el ajedrez no puedes aspirar a realizar un jaque en la primera jugada, ni en la segunda, ni en la tercera. El planteamiento de Android es a largo plazo. Aunque parezca que llevamos toda la vida con smartphones y tabletas en nuestras manos, en realidad hace poco más de seis años, estamos ante un mercado que prácticamente acaba de nacer y aún le queda un enorme recorrido.
¿Google beneficios con Android? Más bien un movimiento defensivo
Cuando Apple presentó el iPhone en enero de 2007, cambió las reglas del juego. En aquel momento la navegación por Internet estaba centrada fundamentalmente en el ordenador, pero el teléfono de Steve Jobs tenía potencial para cambiar aquello y en el horizonte no había nada que pudiese competir con iOS. Cuando en noviembre de ese mismo año Google presentó Android, ofreció un a los fabricantes una alternativa realmente válida y abierta frente al imperio que Apple podía haber logrado.
Hoy, Android es el sistema operativo más usado del mundo, mientras que ningún otro sistema ha podido hacer le ha podido hacer frente, ni a él ni a Apple: Blackberry está en ruinas mendigando un comprador, Windows Phone crece poco a poco pero aun está lejos, mientras Samsung no acaba de tirarse a la piscina con su Tizen. En cierta manera, lo que logró Google fue proteger un ecosistema que de otra manera corría el riesgo de quedad a merced de los caprichos de Apple.
Crecimiento lento pero constante de Google Play
Actualmente, Google Play no genera los ingresos de su rival, la App Store de Apple. Los motivos de ello son diversos, desde la facilidad de la piratería en Android, el hecho de que muchos usuarios se compran un Android pero sólo están interesados en tener el correo, Whatsapp y Facebook, y que hay terminales de gama baja y media que no acaban de ofrecer la experiencia más satisfactoria.
Pero también es verdad que la Play Store se va acercando poco a poco a los beneficios logrados por Apple con su tienda de aplicaciones y aunque el proceso es lento, en Cupertino ya habrán empezado a escuchar la banda sonora de Tiburón en sus cabezas. Es cuestión de fuerza bruta: Android tiene el 80% de la cuota de mercado mundial y por muchos problemas con la piratería que haya, es cuestión de tiempo que acabe siendo la tienda que más ingresos genere. De hecho, al ritmo actual, Play Store sobrepasará a la App Store en 2018.
En junio de 2014, Google anunció que había repartido 5.000 millones de dólares entre sus desarrolladores, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. Y de todo este gran negocio, Google se queda un 30% del pastel.
Una plataforma para atarte a sus servicios
Para activar un teléfono Android, necesitas una cuenta de Google. A partir de ahí es cuando Google extiende sus tentáculos sobre ti. Gmail, Drive, Google+, Youtube… todos sus servicios están perfectamente integrados en el sistema Android mucho mejor de lo que podrán estar en cualquier otro ecosistema, de forma que el usuario puede acabar adoptándolos si no los usa ya, y si ya los usa, los fideliza aún más.
Buena parte del éxito de un servicio se debe a la capacidad de este de crear un hábito en el usuario, y más cuando estos y la competencia son gratuitos. Gracias a la enorme expansión de Android, Google es capaz de ligar a su sistema de servicio, y de paso lograr muchos más datos sobre ellos que luego poder ofrecer a los anunciantes. En este juego hay que tener en cuenta que los usuarios en este caso no son tanto los clientes de Google, como el producto que luego ofrecen a los anunciantes.
¿Y dónde están los Nexus?
La gama Nexus ha sido un producto estrella que ha dado mucho que hablar en los últimos tiempos, tanto por su reducido precio -o alto, en el caso del Nexus 6- como por su gran calidad, y sin embargo no hay mención de ellos en los resultados que presentó Google.
Eso se debe en gran parte al bajo margen de beneficio que Google saca de estos dispositivos, que además comparte con el fabricante del mismo. El objetivo de Google con su gama Nexus no es tanto lograr un gran beneficio sino marcar una línea a seguir, es la representación de lo que los de Mountain View creen que debe ser Android.
Ni su distribución ni su publicidad está planteada para ser un superventas, sino que está más bien dirigido a un público más reducido, fundamentalmente desarrolladores que necesitan tener un buen teléfono para probar sus aplicaciones a un precio accesible. Los Nexus sirven a Google para marcar una tendencia que han seguido fabricantes como Motorola o bq que ofrecen teléfonos con capas de personalización muy livianas y para apoyar a los desarrolladores, que son un pilar de uno de sus negocios.
Mucho espacio para crecer
Con el mercado de los smartphones y las tabletas cercano a un punto de saturación en el mercado de los países desarrollados, Google ha puesto su punto de vida en los países emergentes con proyectos como Android One. Con su principal competencia vendiendo sus teléfonos más baratos por encima de los 500 euros, parece un mercado abonado para que Android crezca sin piedad de la competencia de forma más agresiva aún que en el mundo desarrollado.
India, China o África son una gran oportunidad de negocio para Google, con millones de personas que aún no tienen acceso a Internet de forma habitual o no la tienen en absoluto: en 2012, el 65% de la población mundial no tenía acceso a Internet, y ahí es donde la cruzada de Google para llevar la red a cada rincón del mundo -y sacar billetes de ello- se basa en Android.
Primero porque los smartphones son los dispositivos más económicos para acceder a Internet, y segundo porque es más sencillo hacer que Internet llegue a todos los rincones de Mauritania mediante una conexión móvil que cableando todo con fibra óptica. Por otro lado, un granjero de Zimbawe probablemente use su Android para consultar en el navegador los precios del mercado y no tanto para jugar al Candy Crush y gastarse su salario en vidas.
Cada persona que use Internet, dinero para Google
6,30 dólares. Esos son los ingresos que hace unos meses lograba Google anualmente por cada usuario de Internet. Aunque esta cantidad no sea posible lograrla en estos mercados emergentes, sigue siendo una enorme cantidad de dinero que está ahí fuera dispuesto a que Google vaya a buscarla con su cestita decorada con el androide verde que mueve nuestros smartphones.
Por eso a Google no le preocupa tanto la cantidad de dinero que logre ahora Android, sino que tiene los ojos puestos en lo que puede llegar a lograr a medio y largo plazo. Si los pronósticos se cumplen y para 2018 Google Play se posiciona como la tienda de aplicaciones con más beneficios del mundo y logra expandirse por los mercados emergentes llevando la red a donde no llegaba, van a faltar presidentes de EEUU para estampar en los dólares que pueden llover en las oficinas de Mountain View. Y será Google quien domine el tablero.