Hace unas semanas llegó hasta mi un Lenovo Phab2 Pro, un móvil que la primera impresión de cualquiera que lo ve es: ¿cómo puedes llevar eso? ¡Es gigante! Tras estar usándolo desde entonces estoy confundido. ¿Tablet? ¿Smartphone? Suerte que existe el término «Phablet«.

El móvil se caracteriza por una pantalla de 6.4 pulgadas de diagonal. Sus marcos no son precisamente de los que pasan desapercibidos como los del Xiaomi Mi Mix de 6.4 pulgadas también. Una trasera metálica ligeramente curvada, con tres cámaras que hacen posible Project Tango de Google. 179.8 milímetros de largo y 88.6 de ancho que lo convierten en un monstruo junto a los 142.1 x 70.1 milímetros de mi Samsung Galaxy S6 Edge.

Un tamaño que se hace notar

Cuando abrí la caja y lo vi fue un… ¡es gigante! Lo mismo que otra gente dice al verlo por primera vez. Lo encendí, lo sujeté y me llevé la primera sorpresa. Su diseño ergonómico, con el metal curvado, hacía que fuera cómodo tenerlo en la mano. Encender la pantalla fue un disfrute, sobre todo porque pese a ser grande, la resolución acompañaba, siendo ésta 1440p.

Y de mi mano fue directo al bol… bolsi… arg… un momento… ahora. Al bolsillo. Soy de llevar tejanos/vaqueros (como la moda del momento quiera llamarlos) y el móvil cabía, ni siquiera sobresalía, pero hasta que entraba tenías que hacer unos gestos un poco raros. Los móviles grandes no tienen esa comodidad de «soltarlos» en el bolsillo, tienes que encajarlos. Sacarlo, sobre todo estando sentado, es peor.

El siguiente paso fue ir a clase. Bajar tres pisos de escaleras (hay que ser sano, ascensor para darse un capricho a veces). ¿He olvidado el móvil? Es una pregunta que no me hice nunca, era fácil saber si lo tenía, lo notaba a cada escalón. Toc, toc, toc, toc. Hasta con un pantalón más holgado, de bolsillos más anchos. Por la calle ya no se notaba tanto, al menos, no molestaba.

Vuelta y vuelta, como la carne en una sartén

Llega el momento de trabajar, estudiar o incluso comer. Al sentarse es cuando más molesta un móvil tan grande. Si el bolsillo es lo suficientemente grande puedes recolocarlo, sino, sobre la mesa. Bien, el móvil está en la mesa, ¿ahora qué? En mi caso tengo un Android Wear con el que ver y responder mensajes y otras acciones, pero ¿y sin él?

El sensor de huellas está en la parte trasera y es un móvil pesado, de 259g, lo que es un cuarto de kilo. Puedes ir a la carnicería a pedir un cuarto de kilo de lo que sea para comparar (para los veganos, la fruta sirve), pues es una cantidad normal para las sartenes. Y como si fuera una sartén, si quieres usarlo sobre la mesa vas a tener que estar dándole la vuelta una y otra vez y no es cómodo tampoco con lo ancho y largo que es el móvil.

Al final uno acaba pasando del lector de huellas y usando el PIN, patrón o lo que se haya configurado. Durante el tiempo que tuve un bq Aquaris U Plus, móvil con el sensor en la parte trasera, dejaba el móvil directamente boca abajo para agarrarlo colocando la huella y girarlo. Pero en este es incómodo hacer eso, porque insisto, el ancho se nota, no solo el largo.

Pobre meñique, cuanto tiene que soportar

Al tenerlo en la mano es cómodo, pero te vas dando cuenta conforme pasan los días y lo usas más y más tiempo seguido que pesa. Ese cuarto de kilo se nota si lo usas de manera prolongada , sobre todo si lo sujetas con una mano dejando el peso en el meñique. El dedo acaba cansado de estar estirado y con el trastarro encima.

Ya no solo es por el meñique, sino que tras un rato seguido usándolo acaba cansándote un poco hasta el brazo. También he tenido que cambiar algunas costumbres. Al usarlo en la cama, suelo tenerlo apoyado por una esquina. Mala elección, pues con el peso se me acababa cayendo todo el rato.

Seguramente tú mismo, lector, veas el móvil en la cama sujetándolo con dos manos sobre tu cabeza. Para tu información te diré que sí, duele que se caiga encima. Bastante.

La multimedia se convierte en un placer horizontal

Cuando tienes una pantalla en la que literalmente cabe un móvil entero, ver series, redes sociales o cualquier cosa es un placer. Al usar las dos manos ya se pierden las incomodidades del peso y el tamaño, aunque he llegado a sujetarlo con una sola mano de una manera bastante rara.

Ya veía algún vídeo en Youtube, GIFs por Reddit y otros contenidos multimedia en mi Galaxy S6, pero cuando me los encontraba. Si ya iba con la idea de ver algo en Netflix o buscar algún vídeo cogía directamente mi Surface, de 12 pulgadas. Pero ahora ya no, tener una pantalla de 6.4 pulgadas sirve de sobra para este uso si la vas a mantener cerca, como en la cama.

Juegos, vídeos o hasta mensajes. Una pantalla más grande se disfruta más.

Jugar también se disfruta más. Con Minecraft Pocket Edition y otros juegos con controles en pantalla puedes jugar teniendo más pantalla despejada. En juegos como Age of Empires: Castle Siege puedes realizar ataques con mayor precisión. Otros, como Clash Royale o Hearthstone, lo ves todo mejor: más grande, más claro.

Pero también en lo vertical destaca un móvil grande. Ver Instagram Stories o los vídeos verticales de EAL Vertical en 6.4″ molan el doble. Puedes leer más contenido de una conversación de Whatsapp o Telegram o de un artículo de golpe y escribir se vuelve muy cómodo dado el mayor ancho. Tampoco hay problemas cuando quieres enseñar una foto a alguien que tienes cerca, la verá bien.

La importancia de un software adaptado

En el caso del Lenovo Phab2 Pro que he usado, el software era un Android bastante puro. Aunque para muchos es un punto a favor, hay que tener en cuenta las pocas o nulas opciones que vienen en Android para adaptar la pantalla al manejo de un móvil grande.

La ligera personalización del móvil permitía que a la hora de poner el PIN o llamar por teléfono, el teclado numérico se moviera al lateral hacia el que estaba inclinado el teléfono. Algo que hace, aunque no automáticamente, el teclado de Google también.

He echado en falta opciones que he visto en otras capas como los gestos en el sensor de huellas para bajar la cortina de notificaciones o poder encoger la pantalla para que se quede en una esquina donde llegas con una mano perfectamente. Lo he visto en móviles de cinco pulgadas, ¿por qué no aquí?

He leído a gente quejándose porque una pantalla curvada como la de mi Samsung Galaxy S6 edge provoca toques involuntarios constantemente. Pues bien, nunca he tenido uno de esos toques involuntarios con el Galaxy S6, pero con este ha sido algo continuo y molesto. ¿Por qué? Cuando quieras llegar con una mano a algo que está lejos, aún moviendo el móvil sobre la mano, la palma empieza a tocar el borde. Acercar las cosas como decía o bien detectar estos toques mejoraría mucho la experiencia de uso.

¿Todo depende de acostumbrarse?

Es de por si un debate, ¿te acostumbras tu al móvil o el móvil debe acostumbrarse a ti? Con el paso de los días ha sido perfectamente mi compañero y me he acostumbrado a él. Nuevas formas de usarlo, nuevas ocasiones de uso… En cambio, hay cosas que siguen presentes ahí y seguirán. Cosas que puedo acostumbrarme a no prestarles atención, pero que molestar van a seguir molestando, como tenerlo en el bolsillo y subir escaleras.

A veces mi yo mismo sin darme cuenta he decidido que era más cómodo usar mi anterior móvil a este. Tener los dos al lado y coger el pequeño, luego pensar, ¿por qué? Y darte cuenta que estas más cómodo usando ese.

También todo depende de la persona y el uso, es posible que un móvil de estas características sea perfecto para otros. Gente que consuma mucha multimedia, que no esté sacando el móvil constantemente del bolsillo y que suela llevarlo en un bolso o bandolera. Por lo general, alguien no lo use mucho fuera de casa. No deja de ser una pequeña tablet con llamadas e internet.

Phablet

He aprendido lo que es una Phablet. Esa palabra, usada para móviles de gran tamaño, es una mezcla entre Phone (móvil) y Tablet. No podría estar mejor pensada. Durante este tiempo he sentido como usaba un móvil en unas ocasiones y una tablet en otras. Como le daba el uso de un móvil, para hablar, enviar mensajes, ver las redes sociales y el uso que le daba a una tablet, para ver multimendia, jugar cómodamente… ¿Cuál es el problema? Pues que una tablet no es cómoda para llevar en el bolsillo.

¿Móviles de 5 pulgadas? Los veo algo pequeños para mi, preferiría uno grande. En su día estuve a punto de hacerme con un Nexus 6, de 6 pulgadas. Hoy, tras esta experiencia, establecería mi límite en unas 5.7 pulgadas. O para hacernos una mejor idea en este mundo de pantallas sin marcos donde la percepción de las pulgadas cambia, unos 75mm de ancho aproximadamente.