La familia Galaxy de Samsung va ya por la octava generación. Por reveses del destino, me he visto obligado a pasar de un Nexus 5X a un Samsung Galaxy S4 de forma temporal. ¿Es válido este teléfono 4 años después de su salida?
Hace unos días se produjeron unos acontecimientos que propiciaron un cambio de móvil inesperado. O lo que es lo mismo: se lió muy fuerte y he pasado de un Nexus 5X a un teléfono personal a un Galaxy S4, un teléfono del año 2013, aunque será de forma temporal. Después de haberle instalado Lineage OS 14.1 (no aguanto TouchWiz) he llegado a una conclusión interesante tras varios días de uso: es un móvil muy decente y perfectamente usable. Y eso teniendo en cuenta que la familia Galaxy ya va por la octava generación… Aquí van unas primeras impresiones.
4 años de diferencia… ¿se notan?
Es impresionante cómo un diseño que hace años veíamos futurista se ha estandarizado de esta manera. La evolución de los diseños de la familia Galaxy ha sido creciente y larga… Y también en panel. Literalmente el S8 es todo pantalla. Si comparamos el tamaño y la relación de pantalla de mi Galaxy S4 al S8, nos quedamos un poco en calzoncillos. ¿Pero y las especs? Repasemos las más importantes:
Samsung Galaxy S8 y S8+
- Pantalla de 5,8 y 6,2 pulgadas Super AMOLED, respectivamente con resoluciones QHD.
- Procesadores: O Exynos 8895 de ocho núcleos (cuatro de 2.3GHz y cuatro de 1.7Ghz) con el nuevo proceso de fabricación de 10nm o el Snapdragon 835 de ocho núcleos (cuatro de 2.35GHz y cuatro de 1.9Ghz).
- RAM: 4gb DDR4.
- Memoria de 64 gigas ampliables con tarjetas Micro-SD.
- Batería: 3200 mAh
- Cámara trasera: 12 megapixeles con apertura f/1.7, estabilización de imagen óptica y doble pixel
- Cámara frontal: 8 megapixeles con enfoque automático y detección de rostro
- Carga inalámbrica, lector de iris, de huellas, carga rápida, NFC…
Sin duda todo un tope de gama. Ahora veamos qué tiene nuestro pequeño Galaxy S4:
Samsung Galaxy S4
- Pantalla de 5 pulgadas con tecnología Super AMOLED con una resolución Full HD. Resaltar que la tecnología de la época estaba bastante menos pulida que la actual.
- Procesador Qualcomm Snapdragon 600, un Quad-Core a 1’9 GHz.
- RAM: 2gb.
- Memoria: 16 gigas ampliables con tarjetas Micro-SD.
- Batería de 2600 mAh.
- Cámara trasera de 13 megapixeles con apertura f/2.4.
- Cámara frontal de 2 megapixeles.
- Bluetooth 4.1, GLONASS, NFC, GPS, acelerómetro, giroscopio…
Mi impresión principal del Galaxy S4 es que, frente a las especificaciones de su hermano mayor queda en total evidencia, aunque eso no tiene por qué influir en la experiencia de usuario. La pantalla se ve sorprendentemente bien, siendo una AMOLED (las amo) y con una respuesta táctil y decente. El Qualcomm Snapdragon 600 se comporta bien en las tareas más básicas del día a día, aunque el rendimiento sea clarísimamente inferior al Snapdragon 808 del Nexus o al Exynos del S8. ¿Quieres exprimirlo al máximo? Tendrás problemas. ¿Para uso del día a día? Fetén.
Aunque se notan, los 4 años no se notan tanto en el S4
Su punto más crítico es sin duda la batería. Ya iba mal con el Nexus que tenía 2700 mAh, imaginaos con 100 miliamperios menos. Mi batería portátil se ha convertido en mi mejor amiga, y no concibo la vida sin ella. El USB de toda la vida evidencia la falta de carga rápida que poseía antes, lo cuál hace que cargarlo sea engorroso y molesto. Pero puedo decir que, para tener una «nightly» instalada, nuestro S4 se comporta de maravilla con Lineage instalado. Y todo esto me ha hecho pensar en toda la evolución que ha tenido esta gama, y en cómo han envejecido todos sus terminales.
Más pantalla, más renombre
Esto prueba que la maldición de la obsolescencia programada no siempre es tan letal con móviles tan antiguos como los Galaxy de otras generaciones. La evolución de esta familia se ha basado en 3 factores determinantes: el peso de la marca, la fotografía y sobre todo la pantalla. Los últimos tiempos han sido marcados por la demanda de estos apartados, sumados al de la potencia. Si querías lo mejor de lo mejor, te comprabas un Galaxy. Y Samsung pretende que esto siga vivo. El tamaño de las pantallas ha ido dominando en el mercado, y los Galaxy han sabido estar a la altura implementando tecnologías de confianza.
A día de hoy, si echamos la vista atrás muchos recordaremos a los Galaxy S2 y S3 como auténticos hitos en lo que a ventas se refiere. Incluso los S4 como el mío y los S5 son perfectamente usables a día de hoy. Sí, puede que no esperes lo mejor en cuanto a rendimiento o últimas tecnologías, pero su comunidad y su desarrollo hacen que no sean una cruz tan grande. Samsung ha sabido mantenerse en sus distintas gamas, conseguir algo parecido a lo que ha conseguido Apple y que no han logrado otras marcas: nombre. Fijaos en los anuncios actuales de televisión, por ejemplo. Antes salía un iPhone, y ahora salen Galaxys S7 Edge, uno de sus mejores logros.
Y ojo, con esto no estoy alabando a la propia Samsung, sino a su capacidad de conseguir que incluso móviles suyos que tengan un tiempo sean totalmente usables a día de hoy. Precisamente puedo considerarme la antítesis de un fan de la marca, puesto que tengo mucho que criticarles, pero es inevitable remarcar que han sabido adaptarse a la evolución de los tiempos y mantener viva un nombre que, guste o no, ha sido hegemónica en la historia de Android.
Lo siento, HTC.