Esta serie de Androides prometieron ser revoluciones hechas teléfonos, anunciándose como auténticas glorias en su campo. ¿Realmente lo fueron?

Como todo en la vida, en la historia de Android ha habido tanto hitos como fracasos. Existe, literalmente, de todo: experimentos que se quedaron en el cajón de los recuerdos y buenas estrategias que se ganaron el amor de nuestras carteras ansiosas. Para gustos no hay nada escrito, pero la clave de todos los smartphones que trataremos hoy es una sola: que todos se anunciaron como revolucionarios. Se gritó a los cuatro vientos que serían hitos en su campo, rompiendo las reglas del juego y sentando las bases de lo que hay que hacer. Y hubo casos que sí, y otros que no.

Esta selección se debe a la noticia más curiosa de hoy. RED, el fabricante de cámaras, ha anunciado un móvil revolucionario: el primero que será holográfico multidimensional. ¿Qué significa esto? RED no explica demasiado, pero deja la expectación en todo lo alto. Igual que la lista de móviles innovadores que detallamos en este artículo, el Hydrogen One se vende bien antes de poderse comprar. Y no es una metáfora: partirá de los 1 200 dólares.

Aunque es importante venderse bien, también es posicionarte arriba de la cima. La táctica de venta tan agresiva que tuvieron estos teléfonos repartió desgracia y gloria, y por ello merecen mención en estas líneas. Demos un repaso por aquellos que cogieron su altavoz y dijeron que eran únicos, que querían ser el ejemplo a seguir. Seguro que reconoceréis más de un caso, y os invitamos encarecidamente al debate en la caja de comentarios. ¡Empecemos!

Sony Ericsson Xperia Play

No podíamos empezar esta lista con otro teléfono que no fuera el Sony Ericsson Xperia Play, al cuál ya le hemos dado algún que otro homenaje por este blog. Un Android emblemático donde los haya, que prometió ser la unión de dos mundos hasta entonces algo antagónicos: el de los videojuegos y la telefonía. Se anunció como una revolución en todos los aspectos, ya sea en diseño o funcionalidades. Además, prometió traer la jugabilidad de PlayStation a nuestros bolsillos, toda una hazaña que desgraciadamente quedó en saco roto. Veamos un poco más de cerca qué nos ofrecía este Xperia Play:

  • Sistema operativo: Android 2.3 (Gingerbread).
  • Procesador: Scorpion ARMv7 a 1GHz con GPU Adreno.
  • Pantalla: 4 pulgadas LCD con resolución de 480×854 píxeles.
  • Almacenamiento: 400 MB, microSD de hasta 32GB.
  • Cámara: 5,1 megapíxeles.
  • Conectores: Micro USB y jack de 3,5mm.
  • Conexiones: Bluetooth, A-GPS, Wifi n.
  • Dimensiones: 119x62x19 mm.
  • Peso: 175 gramos

Como veis, no es un dispositivo que a día de hoy se pueda usar de forma normal. Es perdonable, puesto que estamos hablando de un dispositivo lanzado por el locuelo año 2011. Por aquel entonces Android era poco más que algo emergente y que debía testearse. Y sí, sabemos perfectamente que este fútil intento de traer una consola a Android murió, dejándonos la miel en los labios soñando con un futuro donde se le hubiera dado otra oportunidad a esta idea.

El Xperia Play se anunció como toda una locura. ¿Quién no querría jugar a juegos de PlayStation en su móvil?

El problema que suele pasar con estos anuncios casi divinos (el cuál se repite en esta lista) es que si te pasas de la raya, es mucho más fácil que tu producto acabe siendo sólo humo. El mismo concepto que Sony explotó para vender el Xperia Play le venía demasiado grande. Para jugar decentemente a juegos en un dispositivo, necesitamos un hardware a la altura, y en este caso ni lo disponíamos ni lo tendríamos hasta pasados unos años. Una pena, pero es lo que tiene vender gloria y acabar teniendo carbón en las manos.

LG G Flex

Una de las bazas más usadas para destacar un Android por los fabricantes ha sido el diseño. Diseños imposibles, bonitos, únicos… Tenemos incluso ejemplos actuales a día de hoy. Teléfonos como el Galaxy S8 o el Honor 9 son auténticas joyas en este apartado, y a día de hoy, si tienes lo más único es probable que vendas más. Esto intentó LG con su LG G Flex, que supongo que por el nombre ya os haréis una idea de qué va la cosa. Aunque no era flexible por completo, su principal reclamo revolucionario (y de verdad) fue que el teléfono estaba curvado, dándole una serie de características bastante particulares. Veamos sus especificaciones:

  • Pantalla: POLED (Plastic OLED) de 6 pulgadas HD.
  • Procesador: Qualcomm Snapdragon 800, quad-core a 2.2 GHz.
  • GPU: Adreno 330.
  • Memoria RAM: 2GB.
  • Memoria interna: 32GB únicos.
  • Cámaras: 13 megapíxeles, Flash LED (Delantera de 2.1 MP)
  • Batería: 3500 mAh.
  • Conectividad: Bluetooth, NFC, 4G, Wi-Fi.

Entre otras peculiaridades, teníamos la posibilidad de que las magulladuras se autoreparasen si aplicábamos calor en la superficie. No estamos hablando de un efecto mágico que reparase una rayadura de las llaves, pero ya nos entendéis. Si consigues hacer un teléfono curvo, que sea un tope de gama (de la época), se «autorepare» y encima tengas un bicho de batería, es de locos no pretender que sea una auténtica locura de teléfono. LG no escatimó en anunciarlo como algo totalmente novedoso y que debía ser recordado por los tiempos. Y aunque no consiguió que todos llevásemos móviles «flexibles» en nuestros bolsillos, sí consiguió otra cosa: que los demás fabricantes se arriesgasen.

LG vendió este G Flex como un gama alta revolucionario en todos sus aspectos

Consiguió instaurar una mentalidad que ha ido aumentando con el tiempo: que no se limitasen a sacar teléfonos normales porque sí. ¿Quieres hacerte un nombre? Haz algo como lo que fue el LG G Flex, aunque con más sentido. Aunque ya sabemos que no fue exactamente un LG G5, tuvo su aquel. Y por ello lo recordaremos. Si es que las empresas deberían arriesgarse más, leñe. Por ese tipo de cosas tenemos smartphones como el que veréis al final de la lista.

OnePlus One

Ay, OnePlus. Han pasado varios años desde el mítico OnePlus One, un teléfono que marcó un antes y un después en la política de precios absurdamente bajos. La firma china se dio a conocer con este teléfono al principio pensado para los más geeks de Android, partiendo con la ya difunta Cyanogen de base como sistema operativo. Costaba cientos de euros menos que su rival directo, el Galaxy S5 y directamente, OnePlus lo puso tan arriba que hasta hubo que entrar en ese inútil sistema de invitaciones para adquirirlo. Veamos qué hardware da vida a este OnePlus One:

  • Procesador Qualcomm Snapdragon 801 Quad-Core a 2,5 GHz
  • GPU Adreno 330
  • Memoria RAM de 3GB
  • Almacenamiento interno de 16GB/64GB
  • Pantalla de 5,5″ IPS Full HD con resolución 1080×1920 y 401 ppi
  • Sistema operativo: CyanogenMod 11S (basado en 4.4.2 y con soporte de 18 meses asegurado)
  • Batería de 3.100 mAh
  • Dimensiones: 152.9 x 75.9 x 8.9 mm
  • Peso: 162g
  • Cámara CMOS Sony de 13MP con doble flash LED, autofocus y grabación a 4K y slow-motion/ frontal de 5MP
  • Conectividad: GSM, UMTS, LTE, WiFi, Bluetooth 4.1, GPS (Glonass), NFC
  • Puerto microUSB 2.0 OTG (On-the-go)

 

OnePlus anunció el One con una clara intención: ser un fabricante grande. No escatimó en gastos, y menos cuando estuvo empezando: este OnePlus One estaba dotado del hardware de más alto nivel y con un acabado original y a mi parecer increíble. Yo mismo tuve este teléfono en la mano y me enamoré desde el primer segundo que lo tuve. Ese acabado arenisca me volvía loco, e insto personalmente a los fabricantes a que fabriquen más con este material. Pero volvamos a lo que nos ocupa.

El OnePlus One era un tope de gama por aquel entonces, original y con un precio irrisoriamente bajo

No sólo se venden teléfonos revolucionarios en base al diseño y tal. Se dice que solemos tener nuestras propias revoluciones, y este caso es el que mejor lo representa. OnePlus lo anunció como un «flagship killer», un móvil que rompería con todo lo establecido tanto en diseño, como en precios o estilo. Poseía identidad propia, llegando a crearse una personalidad para este teléfono. ¿Tenías un OnePlus One? No sólo tenías un «bicho» de móvil. Sabías qué comprabas, y cómo lo hacías. Tenías tu propio estilo.

Es una lástima, puesto que las actuales líneas de OnePlus distan mucho de sus primeros modelos. Esperemos que en la próxima generación den un poco más con el clavo, y recuperemos a esa firma china que cautivó nuestros corazones… y nuestro dinero.

Xiaomi Mi MIX

 

Cerramos esta lista con el portento llamado Xiaomi Mi MIX. Ya os adelantamos más arriba que el final que este dispositivo iba a ser el resultado de que una marca se arriesgue. Xiaomi anunció su primer móvil conceptual sin marcos, dejándonos a todos absolutamente boquiabiertos. Dejando de lado al Sharp Aquos, el cual fue el primer móvil con estas características, estamos ante el precursor de una moda que sí ha sido fructífera. Además, no nos olvidemos de una cosa: este Xiaomi Mi MIX es un tope de gama en cuanto a hardware que no podemos ignorar. Démosle el repaso correspondiente:

  • Pantalla de 6,4 pulgadas, con un ratio del 91,3%, IPS LCD y resolución de 1080 x 2040 (362 ppi).
  • Procesador Snapdragon 821 (@2.35 GHz).
  • GPU Adreno 530.
  • 4/6 GB de RAM (LPDDR4).
  • 128/256 GB de almacenamiento interno (UFS 2.0). No tiene espacio para SD.
  • WiFi a/b/g/n/ac de doble banda, Bluetooth 4.2, NFC, USB tipo C.
  • Cobertura global para las redes LTE 4G.
  • 16 megapíxeles para la cámara trasera con apertura f/2.0.
  • 5 megapíxeles en la cámara frontal con apertura f/2.2.
  • Lector de huellas dactilares en la parte trasera.
  • Android 6 Marshmallow con MIUI 8. Actualizará a Android 7 Nougat.
  • Batería de 4.400 mAh con Quick Charge 3.0.

Lujo. Revolución. En estas dos palabras resumimos qué quería decir Xiaomi con el Mi MIX. Una pantalla con más del 90% de ratio ocupado, un hardware de primerísimo nivel y un diseño que irradia calidad. Sí, estamos ante el dispositivo más caro del fabricante chino con diferencia, pero es que lo precede. No todo en esta lista iban a ser cosas malas. ¿No? Desde luego, Xiaomi ha querido dar un golpe en la mesa e intentar darle un nuevo punto de  vista muy loco al mercado. Y podría decirse que lo ha conseguido.

Xiaomi vendió este Mi MIX como la revolución sin marcos dentro de la telefonía. Estos diseños de todo pantalla incluso han cambiado líneas de diseño tradicionales por excelencia como las de Samsung, la cuál ha roto todas las barreras con su Galaxy S8. Quizás es el teléfono de la lista más especial, porque por una vez, se supo vender como debía. Con el apoyo de su empresa, y él mismo. No hacen falta muchas palabras para venderte un Xiaomi Mi MIX. Pero sí dinero.

Todos estos teléfonos tienen algo en común, y es que salieron al mercado con la palabra «revolución» tatuada en sus dorsos. Unos cayeron, como el Xperia Play. Otros, se quedaron en un nivel intermedio, un nivel de «culto» como el OnePlus One. Otros por su parte han ganado el cielo, como el Xiaomi Mi MIX. Lo que nos hace darnos cuenta del detalle de lo complicado que es el marketing, y de lo cambiante que puede resultar a ser este comercio. No estaremos nunca acostumbrados a lo que realmente quiere la gente, ni a sus gustos. Habrá personas que quieran una cosa, u otra. Pero todos coincidimos siempre en algo.

No dejaremos de ver intentos de crear el tsunami, más que de subirse a la ola. El salvajismo que conlleva la competencia en este sector hace que los beneficiados seamos nosotros, impresionándonos por los diseños y locuras que debemos ver en pos de conseguir el mayor beneficio. A si que esta no será la primera ni la última vez que veamos más golpes en la mesa. Una mesa que parece que no se vaya a desgastar nunca.