Asistimos al despiece del «bloatware» en forma de aplicaciones exclusivas publicadas en la Google Play. ¿Por qué hacerlo si la mayor parte de usuarios no puede descargarlas?
No es algo nuevo de la tienda de aplicaciones, pero sí que lo vemos con más frecuencia. OnePlus, Samsung, HTC, Sony… Son muchos los fabricantes que publican en la Google Play Store aplicaciones exclusivas de sus smartphones. Esto tendría sentido si las marcas se promovieran compartiendo su software entre los demás, pero no es así: la descarga de estas aplicaciones está bloqueada a sus modelos. Entonces, ¿para qué frustrar a quienes acuden a descargarlas?
Bajo esa frustración que puede tener cualquiera que vea la app y quiera descargarla se esconden una serie de ventajas que la Google Play brinda de manera general a todos los desarrolladores, fabricantes incluidos. Dado que la tienda está en cualquier Android certificado, que las aplicaciones se encuentren allí implica que los dueños lo tendrán fácil para descargarlas. Aunque no es la única ventaja.
Si las aplicaciones están en la Google Play son más sencillas de actualizar
Esta es la principal razón para la práctica que mencionamos: si todos los móviles del fabricante parten con Google Play la marca se asegura de que sus aplicaciones base permanecerán actualizadas. Puede que el dueño del teléfono no actualice sus apps de manera automática, pero verá el aviso y seguramente las suba de versión cuando le dé a «Actualizar todas».
La práctica inicial era integrar todas las aplicaciones imprescindibles en el firmware del dispositivo. Así, para actualizar una app concreta había que lanzar una actualización de sistema, con el engorro que eso supone para el usuario. Y el riesgo: cualquier actualización que quede a medias puede brickear el dispositivo. Menos práctico que subiéndolas a la Google Play Store.
Muchos fabricantes mantienen sus aplicaciones aparte de la tienda de Android, como es el caso de LG o Samsung; que también tienen tienda de aplicaciones propia. Dentro de las opciones de sistema se encuentra la posibilidad de actualizar el propio sistema o las aplicaciones; lo que implica una duplicidad que termina haciendo más liosa la tarea.
El reloj, el launcher, aplicaciones de gestión… Muchos son los ejemplos de aplicaciones exclusivas publicadas en la Google Play Store. Para los usuarios de los móviles que las equipan es una buena noticia ya que el acceso a las actualizaciones resulta sencillo e instantáneo. Y para el resto… Bueno, no se puede decir que sea una molestia ya que tampoco se pueden instalar en forma de Apk (generalmente hace falta un framework específico), pero sí suele llevar a frustración.
Lo ideal sería tener las apps en la Google Play y elegir si instalarlas
Es el modelo al que deberían apuntar tanto Google como el resto de fabricantes. Dado que el sistema es genérico y la personalización se realiza por capas en base a aplicaciones, ¿por qué no vender el móvil limpio y que cada uno se descargue, si quiere, las aplicaciones exclusivas? De esta manera la tienda de Android no solo serviría para «actualizar el bloatware», también se convertiría en el puente de una decisión personal. ¿Que quieres un móvil de fabricante? Descarga las apps. ¿Que te gusta Android puro? No instales esas aplicaciones o solo las que te interesen.
Este debería ser el paso final una vez todos los fabricantes suban sus propias aplicaciones a la Google Play. No solo es factible, también sería cómodo y muy práctico. Todos contentos y las aplicaciones actualizadas sin dolores de cabeza.