¿Y si te dijera que ya muchos consideran al Qualcomm Snapdragon 835 como un procesador de gama media?
Hace poco leí tal afirmación en internet, y simplemente me quedé anodadado. En muchos medios y foros ya empiezan a meter al Qualcomm Snapdragon 835 en el cajón de la gama media, y no voy a andarme con rodeos: esta sentencia me parece un despropósito y una muestra del nivel de ansiedad que estamos adoptando en el mundo tecnológico.
Por ello me he decidido a explorar el tiempo de vida de un procesador de gama alta antes de considerarse de gama media. Voy a aclarar que no me estoy refiriendo a procesadores antiguos o a su reutilización, sino a procesadores de última generación. En especial, nos centraremos en el Snapdragon 835, que dejará paso este año al Qualcomm Snapdragon 845.
La idea de tener lo mejor de lo mejor
Todo castillo debe tener sus cimientos, así que razonemos un momento el propósito de un procesador de gama alta. Obviamente, el Qualcomm Snapdragon 835 está destinado a lo más alto del sector telefónico, destinado a dar vida a teléfonos con unas prestaciones equiparables en gama. En otras palabras: un 835 irá a un teléfono de gama alta porque así debe ser.
¿Y qué motivos nos llevarían a adquirir un dispositivo de gama alta? Varios. El más extendido es para tener un teléfono que nos dure mucho tiempo y no tener que andar preocupándonos de renovar nuestro carísimo smartphone de un año para otro. Ir sobrados para cuando el dispositivo en cuestión se quede anticuado y tengamos que comprar otro mucho tiempo después.
El motivo más extendido para comprar un gama alta es para evitar la renovación del teléfono cada poco tiempo
Otro motivo también se resumiría en el querer lo último de lo último, pensamiento también muy extendido. Aunque personalmente sólo justificaría la práctica de abandonar un procesador de un año a otro en el caso de compradores compulsivos que no tienen reparo en gastarse mucho dinero para mantenerse actualizados año a año (estrategia bastante poco extendida, por cierto).
Entonces, ¿qué sentido tiene tirar un gama alta a la basura de un año para otro? Porque si seguimos esta lógica, no hay diferencia en absoluto entre comprarse un gama media y un gama alta. Porque un gama media es mucho más susceptible de tener que ser reemplazado en como mucho dos años, siendo el año lo más aceptado. ¿Entonces?
Si le quitamos el mismo sentido a los smartphones de gama alta, entonces estamos diluyendo peligrosamente la delgada línea que separa las altas esferas de Android con las intermedias. Esto sólo supone que en el afán de tener un smartphone de última generación podremos acabar con la terrible estrategia de vender un gama media como un alta, y fomentar la obsolescencia programada.
Medios sin clemencia
Una de las ventajas del mundo tecnológico es que no es demasiado agresivo, y los medios de comunicación dedicados a esta clase de información solemos tener buenas relaciones. Pero muy a mi pesar, debo lanzar mi queja hacia muchos (no diré nombres) que en ciernes de la presentación del primer smartphone con el Qualcomm Snapdragon 845, han catalogado al 835 como un procesador de gama media.
Siento decir que estoy bastante en contra de la inclemencia de muchos medios al abandonar productos tecnológicos de forma tan celérica al cabo del poco tiempo. Puedo entender que la actualidad mande, y que no tiene mucho sentido hablar de componentes ya presentados. Pero tirar tan pronto a la basura portentos tecnológicos sólo porque no son actuales… me parece peligroso.
Muchos medios nacionales e internacionales categorizan al 835 en la gama media… y no es así
Recordemos que los dispositivos de gama alta están diseñados para que no se queden obsoletos al poco tiempo. Un Qualcomm Snapdragon 821 o un Snapdragon 835 son procesadores increíbles que merecerán la pena incluso dentro de un par de años, cuya potencia demuestra que son más que aptos para la gran mayoría del público.
Y no sólo culpo a los medios, sino a toda la comunidad. Tanto fabricantes como clientes no paramos de necesitar lo último de lo último. Y los primeros alientan a los segundos para que compren sus productos cada vez más caros y así favorecer la obsolescencia programada. Porque esto se traduce en un propósito: vender y vender y vender.
Si todos los usuarios le diéramos mucho tiempo de uso a nuestros smartphones, el flujo de dinero se pararía. Por lo cual, año tras año vemos nuevos modelos para incentivar que los usuarios que confiaron en ellos anteriormente vuelvan a comprar y así aceleran que en nuestra mente la absurda idea de considerar la potencia de gama alta a gama media cobre fuerza.
Dispositivos menospreciados
Hay muchas ocasiones en las que usuarios que quieren lo mejor de lo mejor no pueden permitirse gastarse dinerales en teléfonos actuales. ¿Una buena solución? Irse a gamas altas de años pasados. Hay un límite, claro está. No es lo mismo un OnePlus 2 (por poner un ejemplo) que un Galaxy S7 Edge. Pero la tendencia que denuncio genera que estos dispositivos caigan en el olvido.
A día de hoy, hay muchas compras que son muy válidas incluso si quieres darle un uso prolongado. Por poner algunos ejemplos, tenemos el OnePlus 3T, el Google Pixel, el LG G6 o el Samsung Galaxy S7. Si te compras cualquiera de estos dispositivos puede que no disfrutes de la experiencia más novedosa, pero sí la más suficiente para el uso más habitual.
Y esto va unido a la potencia y a las necesidades. La gran mayoría de los usuarios actuales tirarían de sobra incluso con un terminal de gama media, como un Qualcomm Snapdragon 625 (Xiaomi Mi A1), un Kirin 659 (Honor 7X) o un Exynos 7885 (Galaxy A8 2018). Incluso los usuarios más experimentados en Android tendríamos de sobra con un gama alta.
Y es absurdo catalogar un 835 en la gama media precisamente por esto, ya que dicho procesador (o un Kirin 960, por ejemplo) nos dará un rendimiento muy superior al que nos otorgaría un procesador de gama media. Sí, estamos llegando a cuotas en las que la potencia ya no se nota entre gamas, pero no hay punto de comparación.
Conclusión: hay que echar el freno
Si bien es cierto que procesadores más antiguos como el Snapdragon 820 sí podrían caer en un terminal de gama media como el ASUS Zenfone V, creo que debemos echar el freno en estas cuestiones. Ya me quejé en su día de las renovaciones cada 6 meses, y el llegar a tocar el punto de la potencia de los smartphones es, bajo mi gusto, una insensatez.
¿Por qué sueno tan alarmista? Porque los fabricantes siguen las tendencias del mercado para adaptarse a los gustos del comprador. Las pantallas sin bordes, la ausencia del jack de 3.5 o los formatos 18:9 son el ejemplo más claro. En el supuesto en el que dejemos de considerar las gamas altas de Android como lo que son, los fabricantes podrán hacer lo que quieran.
¿Un Snapdragon 835 disfrazado de gama media costando 700 euros? Si seguimos así, es posible
No me extrañaría nada que de aquí a unos años, de no echar el freno, muchos fabricantes tuvieran la desfachatez de venderte un Qualcomm Snapdragon 845 como procesador de gama media y disfrazándolo a un «módico» precio de 500 o 600 euros. Porque después de todo, te ofrecería un buen rendimiento. ¿No?
Acabo este crudo análisis con una afirmación. Si no echamos el freno, nos acabaremos estrellando.