En menos de una semana conoceremos a uno de los móviles más importantes del año. Hablamos del Samsung Galaxy S9, un terminal que promete elevar aún más el listón de una Samsung que hizo un gran 2017.
Aún así, hoy hablaremos de un móvil de la compañía que fue presentado hace ya tres años, y que los últimos rumores apuntan a que podría recibir Android 8.0 Oreo. Y esto es más importante de lo que muchos puedan creer.
Cada vez hay más rumores, pero ninguna confirmación oficial
El lanzamiento de una nueva versión de Android trae consigo meses y meses de incógnitas. Cada fabricante elabora una lista con cuales de sus modelos actualizarán, y cuales de ellos dejarán de recibir nuevas versiones.
Normalmente este privilegio suele estar reservado a los móviles lanzados en el presente año y a los modelos de gama alta del año anterior. Salvo que tengamos el último y mejor móvil, lo normal es que la fecha de actualización acabe siendo una incógnita.
Hace ya unos meses que conocimos un rumor muy interesante, y es que el Galaxy S6 podría recibir Android 8.0 Oreo, algo inusual, ya que es un móvil que fue presentado a principios de 2015, y que en caso de que acabase recibiendo dicha versión, sería el móvil Android más antiguo con Oreo, superando incluso a los móviles de la poca Google.
El rumor, como suele ocurrir, pasó desapercibido hasta hace escasas semanas. El operador Estadounidense T-Mobile actualizó su página de soporte, indicando que la versión de Oreo para el Samsung Galaxy S6 estaba en desarrollo. Esta información si nos pareció más interesante, ya que los operadores suelen tener acceso a esta información antes que el resto de los usuarios.
Actualizaciones y fragmentación, una larga historia
Cualquiera que esté informado en Android sabrá cual es uno de los mayores males de Android como ecosistema. Desde sus comienzos, los fabricantes no han seguido el ritmo de actualizaciones a Google, resultando que existan muchos móviles desactualizados, un mal que al principio significaba no recibir características, pero que poco a poco a empezado a ser crucial, debido a las actualizaciones de seguridad.
Son dieciocho meses el compromiso de los fabricantes con las actualizaciones, siempre que no haya limitaciones de hardware que dificulten el proceso. Normalmente esto se suele traducir en dos actualizaciones mayores de Android, aunque sabemos que en la práctica no siempre acaba sucediendo.
Por qué el Galaxy S6 importa más que el Google Pixel 2
Quizás la mayor novedad del Google Pixel 2 y Pixel 2 XL que introdujo Google es su nueva política de actualizaciones. En sus nuevos móviles, Google ha decidido que tendrán tres años de actualizaciones garantizadas, que coincide con tres actualizaciones mayores de Android (sumando que son móviles que suelen estrenar versión).
A pesar de que el movimiento de Google sea correcto, en la realidad no importa tanto como pueda parecer. En el mundo real, a pocas personas les importa lo que haga Google con sus móviles, porque aunque las ventas sigan creciendo, es una marca que compra un público muy concreto y reducido.
Sin embargo, que Samsung se ofrezca a realizar esta misma promesa si que sería un empujón para la competencia. A fin de cuentas, es el mayor fabricante de smartphones a nivel global. Como referencia, en España tiene casi la mitad del mercado para ella sola.
Cuando un fabricante de renombre suele apostar fuerte en un tema al que no todos dan la prioridad, de repente suele tener una mayor importancia. Y ya que Google no impone a los fabricantes que se lo tomen en serio actualizando, lo mejor es que sea la propia competencia quien lo imponga
¿Qué beneficio podría tener Samsung actualizando el Galaxy S6?
Normalmente, el usuario suele tener una visión bastante negativa de las compañías. Muchos piensan en las actualizaciones como un gasto de recursos para contentar a los clientes, pero lo cierto es que hay mucha más profundidad. En el caso de Samsung, que el Galaxy S6 acabe recibiendo Android 8.0 podría traer muchos más beneficios.
El primero de todos es aumentar el prestigio del fabricante. Uno de los objetivos principales de Samsung es competir al máximo frente a Apple y los iPhone en la gama alta. Para estar a la altura, es necesario que sean capaces de mantener un ritmo de actualizaciones a la altura de los de Cupertino.
Las organizaciones y empresas son otro sector al que le interesaría que Samsung tenga una mejor política de actualizaciones. Los Galaxy Note son móviles de gran calidad para el trabajo, y logros como el del Galaxy S8 al estar certificado por el Centro Criptológico Nacional son argumentos para apostar por móviles de la marca, ya que en el mundo empresarial, la seguridad es aún más importante.
Por último, actualizar el S6 a Oreo sería también un gran favor a la división de semiconductores. A día de hoy, Samsung se ha convertido en el mayor fabricante de procesadores del mundo, y demostrar que sus procesadores tendrán soporte a largo plazo es una razón para conseguir nuevos clientes.
¿Y por qué el S6? ¿Por qué no el S9?
Quizás este sea el asunto más interesante. Samsung a día de hoy ha mejorado mucho en lo que respecta a actualizaciones, pero aún les queda mucho trabajo que hacer en esta materia.
Por historia, la gente no confía mucho en las actualizaciones de Samsung. Todos nos fiamos de Google en lo que respecta a actualizaciones porque llevan desde los primeros Nexus cumpliendo a rajatabla sus promesas. Si una compañía así afirma que el Pixel 2 tendrá tres años de garantía, simplemente sabemos que será así.
Samsung aún necesita ganar ese renombre en lo que respecta a actualizaciones. Sí, podría llegar el domingo y que en la presentación del Galaxy S9 prometan tres años de actualizaciones. Pero claro, no empezaríamos a confiar en esta nueva política de Samsung hasta dentro de tres años, cuando hayamos visto que realmente sea así.
Por tanto, si Samsung quisiese demostrar que se toman las actualizaciones en serio, el mejor movimiento que pueden hacer es actualizar su buque insignia de hace tres años, el cual sigue incluso vendiéndose a día de hoy.
Un momento crítico para las actualizaciones
Las actualizaciones siempre han sido un tema polémico en la historia de Android, pero eso no significa que debamos dejar de hablar de ello. Y de hecho, diríamos que cada vez van a ser más importantes.
A día de hoy, cualquier usuario puede vivir perfectamente con un móvil de gama alta de hace incluso cuatro años. Android es un ecosistema ya maduro, y el hardware es capaz de sobrevivir a pleno rendimiento durante años. De hecho, un Nexus 5 con batería en buen estado a día de hoy cumple mejor que móviles de gama baja y media actuales, al menos en lo que respecta a fluidez del sistema.
Los fabricantes deben asumir que cada vez tardaremos más en cambiar de móvil.
Que los móviles sean más duraderos repercute en que cada vez vayamos a tardar más en renovar nuestros móviles, reduciéndose así cada vez más las ventas. Con un menor índice de ventas, los precios acabarán subiendo (en la economía de gran escala, solo es barato producir cuando produces muchísimo), y para seguir vendiendo con beneficios será necesario ofrecernos a los usuarios un valor que si estemos dispuestos a pagar.
A fin de cuentas, la mejor estrategia de marketing es poder disfrutar de nuestro móvil durante muchos años, sin incidencias.