Llevo meses viendo filtraciones sobre este móvil, viendo cómo compañeros, amigos y conocidos flipaban ante la expectativa de este icónico regreso de un clásico.
Y ya esta aquí, un móvil con poquísima batería, limitado en potencia y funcionalidad. Todo ello con un precio excesivamente alto. ¿Qué sentido de existencia tiene en 2019?
Motorola Razr: el icono de una época
Seguramente más de uno se haya tirado de los pelos pensando en que yo «no entienda lo que significa este móvil». Es precisamente haber pasado cinco años utilizando este móvil lo que me hace pensar en la irrelevancia de este modelo en 2019.
La primera versión de este móvil salió a finales de 2004, una época completamente distinta a la que vivimos actualmente. El iPhone aún no había sido inventado, y Android estaba comenzando a diseñarse como un sistema para cámaras fotográficas.
La llegada de este Motorola supuso un antes y un después, convirtiéndose para muchos en el mejor diseño jamás visto en un teléfono móvil. Pero ¿por qué se consideraba tan buen diseño?
La tendencia del mercado en la época
La tendencia de los teléfonos móviles en aquella época era muy distinta a la que tenemos hoy en día. Antes de la llegada de un Internet móvil rápido y asequible para todo el mundo y las aplicaciones de calidad (existían aplicaciones para PDAs, pero no llegaban al nivel de lo que vivimos en Android).
En aquella época, el teléfono móvil era una herramienta de comunicación casi en exclusiva, hecho para llamar, recibir llamadas y mandar mensajes. Tener herramientas como una calculadora, reproductor de música o algún juego era casi un prodigio de la época.
Con esos casos de uso, lo normal era que la batería de los móviles durase varios días, incluso semanas. No es que los móviles de antes tuviesen mejores baterías, sino que la batería duraba porque no existía una demanda de aplicaciones y contenidos que gastase la batería.
¿Cuál era la tendencia entonces? Si vamos muchos más años atrás, recordaremos teléfonos móviles con exactamente el mismo tipo de funcionalidades. La tendencia era la comunicación móvil. Es decir, lo que imperaba era poder comunicarse con un dispositivo lo más transportable posible.
Motorola Razr: la cima de un diseño para un tipo de producto
En aquella época, imperaba tener el diseño más compacto posible para poder comunicarse, siempre que la batería fuese capaz de soportar un tiempo de uso mínimo. Dada dicha tendencia, los móviles de tipo concha se convirtieron en referentes del diseño.
El Motorola Razr fue un móvil extremadamente compacto, con un grosor absurdamente fino cuando lo desplegábamos. Un prodigio técnico de la época, un diseño que alcanzaba casi la perfección en las tendencias de la época.
Para las tendencias del mercado de la época, el Motorola Razr era un gran diseño.
Un producto con tendencias de 2004 para 2019
Ahora volvamos a 2019, una época que es completamente distinta. Los teléfonos ahora son inteligentes y conectados, llenos de aplicaciones, juegos, y para muchos ya representa el eje central de su vida digital.
Ya no son el teléfono de bolsillo, sino el PC de bolsillo. Cada vez los utilizamos más, y es por eso que existe una demanda de mayores pantallas y baterías. El mercado sigue unas normas completamente distintas.
El nuevo Motorola Razr de 2019 llega con tecnología punta, usando una innovadora pantalla flexible, pero no termina de comprender la esencia de las pantallas flexibles. Y es normal que con una primera generación surjan nuevos experimentos, pero el de Motorola parece el que menos reflexión práctica tiene.
La mayor contrapartida de las pantallas flexibles es que nos dan aún más pantalla en el mismo espacio. En el caso de Motorola, la pantalla de un móvil compacto (porque 6,2 pulgadas en formato 21:9 no es excesivamente grande) en un espacio que ocupa la mitad que un móvil convencional.
Sus 2510 mAh son el tipo de batería que tendrían los móviles hoy en día si hubiesen continuado la obsesión de ser cada vez más finos (una tendencia que vimos hace unos años y que se dejó de lado para centrarse en mejorar las baterías).
El Motorola Razr de 2019 estila un formato que no es práctico para el mercado tal y como se comprenden las tendencias actuales. Es un móvil diseñado para ser usado mucho menos que un móvil convencional, un móvil que es más un producto de diseño que una herramienta todopoderosa.
Un móvil que no tiene sentido a menos que tengas predilección a revivir lo mejor del pasado. Un móvil que está más llamado a ser un producto de diseño que de tecnología. Un móvil para fardar de diseño.
Y no es algo malo, por más que pueda parecerlo. Porque, aunque no tenga sentido práctico, la vida a veces es más divertida siguiendo estos caminos tan originales.