Desde la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk por 44.000 millones de dólares, la red social ha experimentado un notable número de cambios. De hecho, ya ni siquiera se llama así, y ha cambiado su denominación a X, y se han tomado decisiones bastante cuestionadas por los usuarios, como la creación de una suscripción de pago o la eliminación de los clientes de terceros.
Algunas decisiones como los despidos de varios trabajadores han suscitado algo más de polémica, y hay gente que ha abandonado la aplicación en busca de nuevas redes sociales similares. Se han popularizado algunas alternativas como Bluesky o Mastodon, que han aumentado su número de usuarios. Y TikTok sigue su estela de crecimiento, superando las expectativas de algunos analistas.
Meta, por su parte, no ha tardado en intentar capitalizar el descontento generado por los cambios llevados a cabo durante la dirección de Musk, y también ha lanzado su propia red social de discusión pública bajo el nombre de Threads, que recientemente ha llegado a España de forma oficial. Esto, sumado a las dificultades y polémicas que enfrenta X hace que su futuro pueda ser más complicado de lo que esperaban.
Musk llega a Twitter
Tras la compra de la red social por 44.000 millones de dólares en octubre de 2022, el magnate llegó a las oficinas con un lavabo en los brazos, por raro que parezca. Si bien su llegada quiso ser graciosa, haciendo uso de un juego de palabras en inglés, la tensión tardó poco en estallar debido a diferentes conflictos, incluyendo despidos, desplantes públicos hacia los empleados y cierto descontrol con las herramientas de trabajo. Musk incluso disolvió el consejo de seguridad de la compañía. El objetivo principal del nuevo jefe fue hacer la empresa rentable, y para ello, lanzó una suscripción de pago llamada Twitter Blue.
Esta ha recibido un gran número de cambios desde su creación, y desde el principio se ha querido dotarla de valor para hacerla más atractiva. Lo malo es que, en algunos casos, se ha intentado hacer esto a costa de que la modalidad gratuita pierda ciertas funciones. Una de ellas es la verificación en dos pasos por SMS, puesto que, según la compañía, suponía un alto coste para ellos. Por suerte, se pueden emplear métodos de verificación alternativos. También se eliminó la posibilidad de utilizar apps de terceros para usar la plataforma como Fénix o Talon.
Otra de las polémicas que se generó con las nuevas normas de Twitter fue en torno a la verificación de los usuarios. Con la llegada de las suscripciones pasó a ser una característica por la que había que pagar, dando lugar a que se pudieran generar malentendidos y confusiones respecto a la identidad igualmente. Al principio todo el mundo tenía el mismo distintivo verificado azul, más tarde se empezó a utilizar uno de color dorado para empresas y otro de color gris para organismos públicos.
Mientras que antes era necesario hacer un proceso de verificación, ahora era tan simple cómo pagar por Blue para obtener esta insignia. Esta suscripción generaba tanto rechazo que se permitió incluso ocultar la insignia. Se llegó a un punto en el que la insignia era exclusiva de los miembros de pago, y algunas personalidades conocidos, como LeBron James o Stephen King, se negaron a pagar por ello. Fue el propio Elon Musk quien pagó las suscripciones de algunos famosos de su bolsillo, lo cual habla bastante mal de la viabilidad de su idea.
Una medida aplaudida por parte de los creadores dentro de la red social es la posibilidad de monetizar un perfil. Esto permite a las personas que tienen cierta relevancia cobrar por usar Twitter, e incentiva su uso frente a otras plataformas. También han tenido lugar otros cambios menos criticables, como pueden ser la eliminación de un gran número de bots o de las cuentas inactivas que estaban presentes en la red social, y también ha dejado volver a los usuarios suspendidos.
Cambios, y algunos problemas
El pasado mes de julio dejó de ser Twitter para convertirse en X, y esto también trajo consigo un cambio de logo, e incluso un cartel gigante con este que se puso en las oficinas y del que los vecinos del edificio se quejaron. Su intención es que se convierta en una aplicación que se utilice para todo, una suerte de Wechat occidental en el que los usuarios puedan desde hacer pagos hasta hacer llamadas o enviar archivos, un extra en cuanto a funciones con el que se busca también darle más sentido a su suscripción de pago.
Desde este cambio de nombre, la compañía ha estado experimentando bastante para tratar de mejorar su situación. Si bien esto es algo positivo, es cierto que no son pocas las personas que han comentado que parece que se trata de cambios impulsivos, especialmente en aquellos casos en los que se anuncian y luego se acaban eliminando por diversas cuestiones.
Algunas de las propuestas que menos han gustado han sido, por ejemplo, la de hacer que todos los usuarios tengan que pagar una baja suma de dinero para utilizar las funciones principales de la aplicación, algo que no le ha valido al magnate para cosechar buenas críticas, igual que el haber devuelto la cuenta a personas suspendidas por haber propagado bulos. Entre las actualizaciones más recientes, todo hay que decirlo, también se ha incluido una función que permite encontrar ofertas de trabajo en los perfiles de las empresas.
Ahora, en medio de la crisis de la red social con sus propios anunciantes, está enfrentando ciertos problemas en Europa, ya que la Comisión Europea ha abierto un expediente sancionador contra X por permitir contenido ilegal y desinformación, así como por las presuntas deficiencias en cuanto a transparencia e incluso al diseño de la app, haciendo mención a la fiabilidad de las verificaciones. Esto podría acarrear multas que pueden ser del 6% de su volumen de negocios del pasado año.
Threads y TikTok, al ataque
La industria tecnológica se caracteriza por estar en constante cambio y por la rápida capacidad de respuesta que suelen tener las empresas que se mueven en este ámbito. Es por eso que el movimiento de la compañía de Mark Zuckerberg tiene todo el sentido del mundo. En el mes de julio decidió sacar a la luz uno de los nuevos proyectos de Meta, Threads, que es su propia red social al más puro estilo de Twitter, centrada en el texto y en la comunicación e interacción. La plataforma registró más de 100 millones de personas en unos días, convirtiéndose en uno de los principales competidores de X. Lógicamente, esto no pasó inadvertido para Musk, e incluso comenzó a censurar discretamente los enlaces a Threads tras acusarles de robar empleados.
Por su parte, TikTok no afloja el ritmo. Con su propia gala de premios en España, la red social de ByteDance cuenta con más de 18 millones de usuarios en nuestro país. En Europa, la compañía ha contratado más de 2.500 personas. Según datos de Statista, la red social es conocida por más de un 50% de la población, y la compañía espera seguir creciendo también a nivel internacional, tratando de superar la cifra de más de 1.050 millones de personas activas que hay en su plataforma. El objetivo de Elon Musk a su llegada fue hacer Twitter un proyecto más rentable, algo que quizá consiga, aunque puede que lo haga a cambio de ser menos usada, puesto que es la única red cuyo uso ha caído un 8% en el último año, mientras que sus competidoras han crecido durante este periodo.
Threads ya está disponible para cualquier usuario que quiera probarla en España, llegando meses después de su lanzamiento debido a las normas regulatorias europeas. La compañía ya ha cumplido con lo que se le pedía para poder estar presente en este territorio, y también promete integrar un sistema de verificación de datos para evitar la desinformación. Por pronto, cuenta con características como un feed diferenciado entre intereses y personas que se siguen, un apartado de descubrimiento, y podría recibir más con el tiempo.
La red social china también aprovechó el momento de crisis para lanzar una nueva función basada en publicaciones de texto, añadiendo una nueva dimensión a su formato para que se pueda expresar sus opiniones en forma de texto. Algo similar pasó en 2022, aunque fue en la dirección contraria, ya que, antes de que se formalizara la adquisición por parte de Musk, Twitter lanzó su función de vídeo vertical.
TikTok no es equiparable a X en muchos aspectos, pero es innegable que su crecimiento puede acabar por afectarles. La compañía propietaria de Facebook también ha jugado sus cartas en el momento más oportuno, intentando aprovechar el descontento de los usuarios en su propio favor, y el tiempo dirá si puede hacerle daño en un momento en el que está afrontando bastantes dificultades.