El clásico RuneScape vuelve, multijugador al estilo clásico en Android

Puede Android reciba nuevos juegos todas las semanas, pero hay veces en las que la nostalgia nos vence; ocasiones en las que preferiríamos disfrutar de nuevo de los juegos que nos atraparon hace años o incluso décadas. Y hay pocas cosas que den tanta nostalgia como RuneScape.

RuneScape es un clásico entre clásicos en el género de los MMO; lanzado en 2001, fue uno de los títulos que inició la moda de los juegos multijugador masivos, los que nos permitían vivir una «segunda vida» rodeados de otros jugadores en un mundo virtual.

RuneScape para Android, llega una de las leyendas del género de los MMO

Aunque no fue el primero de su estilo, ni mucho menos, RuneScape sí que implementó muchas de las características que hoy asociamos con el género; pero más importante aún fue la facilidad con la que podíamos empezar a jugar. En vez de instalar un programa, podíamos jugar a través de un navegador web gracias a Java; esto facilitó que RuneScape fuese especialmente popular en institutos, universidades, librerías y otros sitios frecuentados por jóvenes con mucho tiempo libre.

Parece mentira, pero RuneScape sigue en funcionamiento en PC; aunque la versión actual es gráficamente mucho más avanzada, la base del juego en sí es prácticamente la misma. Pero aún más llamativo es que el juego original, el de 2001, acaba de ser lanzado en Android.

Old School RuneScape, como su nombre indica, es RuneScape con el estilo clásico; nada de gráficos de nueva generación, de música orquestal ni jugabilidad modernizada. Es el mismo RuneScape de siempre, con sus gráficos simplones, música que parece salida de un piano de juguete y jugabilidad dura y obstusa.

Un juego al estilo clásico, con todo lo que ello conlleva

Este juego sólo es recomendable si eres capaz de perdonar sus muchos fallos según los estándares actuales. Existen muchos juegos con una estética y jugabilidad «retro», pero este es diferente a todos porque realmente era así cuando empezó hace 17 años.

En RuneScape podemos crear nuestro propio personaje, y personalizarlo con el aspecto y las características que queramos conforme vayamos avanzando. El mundo del juego es enorme, dividido en diferentes regiones, cada una con su estilo, sus enemigos y sus recompensas; si no tienes cuidado, puedes acabar perdido en una zona con monstruos capaces de matarte con un golpe.

Sólo en los primeros compases del juego tendremos algo de tranquilidad; la primera zona sirve como tutorial y para aclimatarnos a los controles y el estilo del juego. Una vez que nos suelten en el mundo, es cosa nuestra decidir qué es lo que queremos hacer. A lo mejor queremos hacer misiones, o entrenar en ciertas habilidades, o comerciar con otros jugadores, o formar un clan; o simplemente, hablar con otros jugadores. La libertad es absoluta, y eso es algo bueno, pero también algo malo si estás acostumbrado a que te «lleven de la mano» como en juegos modernos.

La versión de Android es todo lo buena que podría ser

RuneScape en Android es tan bueno como el primer día; de hecho, esa es tal vez la mayor crítica que le podemos hacer, que la interfaz está claramente pensada para un ratón y un teclado. Ha sido modificada, para que podamos acceder a todas las funciones con un toque o dos, pero se nota que no estaba pensada para eso desde el principio.

Al menos el control está bien adaptado. Usamos gestos para mover la cámara y acercarla o alejarla; y la mayoría de las veces un simple toque en un personaje o un objeto nos dará lo que queramos. También podemos mantener la pulsación para obtener el menú contextual, pero es demasiado pequeño como para ser usable. En pantallas grandes, como tablets, será mucho más fácil jugar.

Old School RuneScape es un juego como los de antes, y eso implica aceptar ciertas condiciones. La adaptación a Android es tan buena como podríamos esperarnos sin modificar completamente el juego; pero eso no es lo que querían los desarrolladores, ni seguramente los aficionados.

Esta puede ser la mejor oportunidad para recuperar tu personaje, o empezar con uno nuevo; o simplemente, para descubrir un pedazo de historia de los videojuegos.