Es probable que los Reyes Magos le hayan dejado un nuevo teléfono móvil. Es uno de los regalos estrella y uno de los dispositivos que más usamos en nuestro día a día, con lo que es fundamental el cuidado de ellos así como saber el respaldo legal de los mismos. Como el resto de dispositivos electrónicos, la garantía cambió para ampliarse y ser más beneficiosa alcanzando los 3 años, sin embargo, hay más detalles que es conveniente conocer a fondo.
Y es que, hay ocasiones en las que, por no conocer las normas, algunos usuarios acaban pagando por una reparación en un servicio técnico de terceros, que les podría haber sido totalmente gratuita si entra dentro de las condiciones de la marca y se acude a su servicio técnico propio.
De la misma forma, hay ciertos daños que no están cubiertos por la garantía en ningún caso, y cuya reparación habrá que pagar de forma íntegra, a pesar de que el dispositivo acabe de salir de la caja. En EL ESPAÑOL - El Androide Libre hemos recopilado todo lo que hay que saber antes de dirigirse al fabricante para aplicar la garantía.
¿Cuánto dura la garantía?
Lo primero que hay que saber es que existen diferentes plazos cuando se habla de la garantía de un smartphone en España. En primer lugar, la garantía legal pasa a ser de 3 años desde el momento en que se produce la venta, en lugar de los 2 años que se ofrecían antes, lo cual hace que se pueda aplicar por más tiempo.
Es importante saber que durante los dos primeros años, la carga de la prueba recae sobre el fabricante, y el usuario no tiene que demostrar la falta de adecuación del producto. Esto quiere decir que, al llevar al móvil a reparar, es el fabricante el que tiene que demostrar que el usuario ha incumplido la garantía, si es que ha sido así.
Por otra parte, la ley también obliga a las empresas a dar un servicio técnico más duradero. Los fabricantes que vendan de forma oficial en España tienen la obligación de tener piezas y un servicio de reparación de sus productos durante 10 años a partir del momento en el que este deje de fabricarse.
Este aumento en los plazos hace que los consumidores estén protegidos durante más tiempo, lo cual hace que muchos puedan optar por la reparación de sus dispositivos en lugar de por la sustitución. Esto contribuye a reducir la basura tecnológica y a aprovechar al máximo los dispositivos que se compran.
¿Qué cubre la garantía?
Hay que tener en cuenta que, pese a que el móvil aún esté dentro del plazo de la garantía, esto no asegura que el daño que haya recibido vaya a ser cubierto por esta, puesto que solo hay algunos supuestos que entran dentro de esta protección. El primero, y el más evidente, es el defecto de fabricación.
Si el móvil o cualquier dispositivo electrónico cuenta con un defecto de fabricación, esto es responsabilidad directa del fabricante. Esto incluye cosas como roturas en la pantalla previas a usar el dispositivo, píxeles muertos en el panel, botones que no funcionan, cargadores averiados o conectores que no cargan correctamente. Lo mismo sucede con el apartado de la batería, puesto que si esta tiene problemas de calentamiento o carga, se puede consultar al fabricante para que lo examine y determine si se debe a un mal uso o a un defecto.
También se incluyen los defectos en el software, puesto que si el móvil presenta problemas continuos de funcionamiento o reinicios constantes que no hayan sido provocados por cambios hechos por el usuario o por incompatibilidades, lo más seguro es que el dispositivo tenga una versión del sistema que no le corresponde.
Lo que no cubre
Hay otros aspectos que la garantía legal que ofrece el fabricante excluye como supuesto para obtener una reparación o recambio gratuito. Los daños provocados por mojar el dispositivo son uno de ellos. Da igual que el móvil sea resistente al agua, puesto que, en el momento en el que se ha mojado y ha sufrido daños, el fabricante no puede asegurar que su interior fuera completamente estanco, puesto que podría haber recibido golpes que le hayan hecho perder esa cualidad con anterioridad. En cualquier caso, es este quien tiene la última palabra.
Cualquier manipulación hecha por parte del usuario al dispositivo también inhabilita la garantía. Si se ha abierto el dispositivo o reparado algunos de sus componentes, lo más seguro es que sea anulada. Lo mismo ocurre con los cambios llevados a cabo en el software, puesto que todo cambio que se deba a apps no autorizadas o a cambios en el sistema operativo no oficiales, anularán también la garantía.
Los desastres naturales y los problemas derivados de usar cargadores o cables no oficiales tampoco están cubiertos por la garantía, por lo que si un dispositivo sobrevive a un accidente de este tipo, habrá que pagar por la reparación, o bien buscar un nuevo gadget que lo sustituya.
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