Samsung Gear VR, primeras impresiones

Aunque Samsung ya nos enseñó las Gear VR el pasado mes de septiembre en el IFA de Berlin, con la excusa de la salida a la venta de estas nuevas gafas de realidad virtual de la firma coreana hemos tenido oportunidad de probarlas mucho más a fondo, de trastear con ellas un buen rato y de experimentar más a fondo lo que estas gafas pueden ofrecer.

Las gafas de realidad virtual son sin lugar a dudas uno de los gadgets que más expectación están creando en el mercado, sobre todo desde que Oculus nos pusiese los dientes largos con las Rift. Pero el precio de aquellas gafas las convertía más en un objeto de deseo que en un dispositivo para todos los públicos.

Con el paso del tiempo marcas como la española Lakento nos han demostrado que podemos disfrutar de muy buena calidad de realidad virtual a un precio mucho más asequible, y en un paso intermedio nos encontramos las Samsung Gear VR, que aunque no son tan baratas como las Lakento MVR que cuestan 69€, sus 249€ (gamepad incluido) las hacen algo más asequibles que las Oculus Rift.

Las Samsung Gear VR están fabricadas en un plástico que da mayor sensación de calidad que las Lakento MVR, por ejemplo. Además de la correa de sujeción que rodea lateralmente nuestra cabeza, una correa secundaria pasa por la parte superior, mejorando mucho cómo las gafas se sujetan. El diseño es atractivo, pero de cada uno dependerá sentirse cómodo con un dispositivo de estas dimensiones, desde luego no es para todos los públicos, al menos fuera del ámbito del hogar.

Es precisamente esta doble correa de sujeción lo que hace las gafas muy cómodas de llevar, ya que el peso de estas está muy bien repartido. Sin embargo se recomienda no llevarlas puestas más de 30 minutos, lo que no es muy compatible con el hecho de que se nos recomienden películas como contenido. No hemos podido llevarlas tanto tiempo seguido en las pruebas, pero sin lugar a dudas es uno de los tests que nos dejamos pendientes para cuando podamos probarlas a fondo.

En periodos cortos las Gear VR son las gafas de realidad virtual más cómodas que hemos probado, pero tenemos que probarlas a fondo para contaros si no se hacen molestas viendo una película completa, tanto para la cabeza por llevar el dispositivo colgando como para los ojos.

Uno de los aspectos que más preocupa con la realidad virtual y en general con cualquier tecnología que llegue nueva al mercado son los contenidos que nos ofrecen. Lo mismo ocurrió por ejemplo con las televisiones 4K, teníamos los paneles pero no el contenido, y de poco nos servían. En principio pasó lo mismo con la realidad virtual, pero cada vez hay más de lo que podamos disfrutar, y por ahora nos encontramos con películas, juegos, visores de fotografías y lo que más nos ha gustado en la prueba, los vídeos de 360 grados.

Gracias a los sensores (giroscopio y acelerómetro) podemos mover la cabeza dentro de un vídeo en reproducción, simulando una experiencia completamente envolvente. Este tipo de contenidos es sin lugar a dudas uno de los que más tienen que potenciar para sacar todo el provecho de este tipo de gafas de realidad virtual.

Las Gear VR solo son compatibles con el Samsung Galaxy Note IV, y pese a su pantalla de resolución qHD, tras superar los primeros momentos de exaltación que el efecto envolvente provocan en nosotros, la resolución no es buena. Vemos un entramado que estropea la calidad, pero esto es algo común a todas las gafas de realidad virtual, y sin lugar a dudas algo que hay que solucionar para poder sacar partido de una función tan evidente como es la reproducción de vídeo.

En general nos ha encantado la experiencia que ofrecen las Gear VR de Samsung, pero quedan cosas por solucionar y tenemos que probarlas a fondo para experimentar su comodidad tras un uso prolongado.

¿Qué os parecen las gafas de realidad virtual? ¿Y las Samsung Gear VR? ¿Veis futuro en esta tecnología?