Llevaba mucho tiempo queriendo probar un hoverboard, estos pequeños segway sin lugar donde apoyarse que se han puesto tan de moda. Prometen ser el regalo de las navidades, y aunque poco tiene que ver con Android nos hemos lanzado a probar uno porque nos encantan estas cosas y no podíamos evitar contaros qué nos ha parecido.
La moda del hoverboard empezó con el segway, ese curioso aparato de transporte con dos ruedas que mantiene el equilibrio de forma casi mágica. Debido a su elevado precio, el segway quedó relegado a empresas que los alquilan para entretenimiento y principalmente rutas turísticas por ciudades (y campo, que también los hay todoterreno).
Pero este elevado precio solo tenía una salida, alguien tenía que inventar algo parecido pero más apto para nuestros bolsillos. Y llegó, primero un modelo de una rueda con dos soportes laterales para los pies bastante incómodo de usar, y luego uno mucho más parecido al segway pero sin ningún tipo de soporte, el que tanto se está popularizando y hemos probado nosotros, más conocido como hoverboard. El porqué de este nombre se me escapa. porque de hoverboard poco tiene, pero es el nombre que se le ha quedado y como nosotros nos vamos a referir a él.
El hoverboard
Existen muchos modelos de hoverboard. Nosotros nos hemos decidido por este de GearBest que cuesta 295€, uno de los precios más económicos para este tipo de aparatos. Los hay desde 1000€ en las primeras marcas hasta unos 250€, pero este es el que más confianza nos dio.
El problema de los que cuestan 1000€ es que nos sigue pareciendo un dispositivo poco viable para todo el mundo, y tiene el mismo problema que los segway, por eso nos ha parecido más interesante probar uno de los más asequibles y contaros sobre ese nuestra experiencia de uso.
La primera vez que nos subimos
Da miedo, nadie puede negarlo. Tu cerebro te dice que te vas a caer, que eso o no va a mantener el equilibrio o se va a partir (aguanta hasta 120 kg de peso). Pero en el momento en el que conseguimos dar el paso de fe (que es el segundo paso, el del segundo pié que subimos) y vemos que efectivamente esa cosa nos mantiene en el aire, todo empieza a fluir de forma natural.
No solo la primera vez que nos subimos es complicada, las primeras veces hasta que le cogemos el truco son complicadas, y es lo que más cuesta del control del hoverboard. El truco está en subir el primer pié y con este empezar a controlar el hoverboard con ligeros toques hacia delante y atrás, y una vez nos hemos acostumbrado podemos proceder a subir el segundo pié, que es lo complicado.
Las primeras veces cuesta, pero creedme que al final se acaba cogiendo el truco. Lo he probado con mucha gente y todos , de un amplio rango de edades, han acabado consiguiendo subir y manejar el hoverboard.
Control y giros
Ya estamos subidos a nuestro hoverboard y empezamos a temblar. La primera vez no sabemos qué hacer, si movernos hacia delante, atrás, a un lado… parece complicadísimo. Sin embargo esta parte es mucho más fácil que subir, y cuando empezamos a dejar que todo fluya el movimiento acaba siendo muy natural.
La teoría detrás del control es muy sencilla. Si hacemos más presión sobre el pié derecho la rueda de ese lado irá más rápido y por lo tanto giraremos hacia el contrario. Es decir, si apretamos el pié derecho giramos a la izquierda, y al contrario funciona igual. Para ir hacia delante inclinamos ligeramente el peso, y lo mismo pero hacia atrás si queremos ir en ese sentido.
Esto parece fácil sobre el papel, pero una vez arriba puede parecer complicado. Hay personas que lo pillan en poco más de un minuto y algunas a las que le cuesta más, pero por lo general todo el mundo es capaz de acabar controlando con mucha fluidez el hoverboard.
Y de eso se trata, que al final el control es totalmente fluido. No tenemos que pensar sobre qué pié hacemos presión o si inclinamos el peso, todo sale solo, muy natural. El mejor consejo que os puedo dar es que al principio flexionéis las rodillas, da mucho equilibrio y mayor confianza. Y si os da mucho miedo caeros podéis usar alguna protección.
Terrenos y obstáculos
Bien, ya sabemos subir al hoverboard y movernos con naturalidad, ahora queda enfrentarnos al mundo real, sacar nuestro dispositivo de transporte futurista a la calle y desplazarnos.
- El primer problema al que nos enfrentamos son las miradas de curiosos que alucinan pepinillos en colores cuando nos ven pasar con tan extraño artefacto. Tranquilos, es la envidia que les corroe, podéis seguir avanzando tranquilos y orgullosos de vuestro hoverboard, molas mucho y lo sabes.
- El segundo problema son los terrenos por los que nos movemos y los obstáculos que puedes y no puedes superar. En ciudad el terreno en general siempre es apto para el hoverboard, se desplaza bien por asfalto aunque esté deteriorado, aceras e incluso los límites de los pasos de cebra con puntos.
El peso, un factor a tener en cuenta
Los obstáculos ya son otra cosa, pero tenemos que tirar un poco de lógica y sentido común aquí. Las ruedas del hoverboard son pequeñas, y podrán con los obstáculos a los que se puedan adaptar. Pequeños cambios de nivel están bien, pero con escalones lo tenemos mucho más complicado.
Yo he probado por todo tipo de sitios, y sorprende lo bien que puede llegar a moverse por lugares por los que no pensaríamos que puede pasar. De todas formas volvamos al sentido común, lo mejor es no intentar superar obstáculos de más de 2-3 centímetros si no queremos meternos un mamporrazo contra el suelo. Si te ves valiente puedes intentarlo, y con un poco de equilibrio y control lo puedes hacer, pero cuidado.
Algo muy a tener en cuenta relacionado con los obstáculos es que pesa 12 kg, no es nada ligero, así que transportarlo sin ir subido encima solo vale para pequeñas distancias. Si nos encontramos con unas escaleras es bastante pesado tener que cogerlo en la mano y subirlas. Se puede, no hay duda, pero tened en cuenta que pesa mucho pese a lo pequeño que es.
Velocidad y duración de la batería
Ojo que el hoverboard puede llegar a ponerse a 20 kmph, que no es poca cosa. Y si nos venimos arriba en una cuesta abajo podemos incluso superarlos, y eso ya es mucha velocidad para ir en pié sobre dos ruedas tan pequeñas, el equilibrio empieza a verse comprometido. Pero sí, podemos alcanzar 20 kmph y es algo realista. La velocidad aumenta progresivamente según nos inclinamos hacia delante y vamos acelerando, así que necesitamos un espacio abierto para acelerar a la máxima velocidad. Después de bastante tiempo usándolo nos parece una velocidad muy correcta, y no se nos ha quedado corto en ningún caso.
En el otro extremo, la velocidad baja, es muy fácil controlarla e ir a velocidades lentas. Esto es muy útil para zonas con mucha gente, ya que se hace imprescindible un mayor control sobre el aparato. Como decía en la parte de control, una vez se hace natural el control este es muy fluido, y con la velocidad ocurre lo mismo, se hace fácil ir a la que queramos sin tener que pensar en lo que estamos haciendo.
Con una batería de 4400 mAh hemos obtenido resultados muy diversos. En primer lugar, lo medimos en distancia, ya que cuando estamos parados el hoverboard casi no consume. Más o menos hemos hecho una media de 15 kilómetros por carga, aunque depende del terreno, ya que si es todo cuesta arriba el consumo varía muchísimo. También lo hace con el peso de la persona que transporta, que es máximo de 120 kg.
Pero como os decía, 15 kilómetros suele aguantar sin problemas, y podemos incluso superar los 20 kilómetros si el viaje es menos exigente. En general son distancias suficientes para los desplazamientos que está pensado este dispositivo, pero siempre tendremos que contar con que la batería tarda unas 2 horas en cargarse de 0 a 100%.
Nuestra experiencia con el hoverboard
Nos ha encantado. El hoverboard, especialmente estos baratos, es una forma divertida de moverse por la ciudad y muy cómoda para distancias medias-cortas. La curva de aprendizaje es rapidísima, y en cuanto hemos subido 3 o 4 veces el movimiento acaba siendo muy natural, con un control totalmente fluido.
Aunque somos conscientes del peligro que tiene una sociedad con este tipo de aparatos popularizados, si los usamos bien y con cabeza pueden acabar siendo muy prácticos. Eso sí, con sentido común.
Si os interesa haceros con uno os recomendamos el de GearBest que hemos probado nosotros para este análisis: