A lo largo de mis años como analista de tecnología he probado muchos productos, algunos más raros que otros, pero si alguien me hubiera dicho que iba a analizar un cojín hubiera pensado que muy cuerdo no estaba. Y sin embargo aquí estamos, con uno de los productos de la marca Stoov, de la que os hablamos hace poco.
Una idea antigua, pero mejorada
Antes de comenzar con el análisis de la unidad que nos han prestado hemos de reconocer que, a primera vista, podríamos pensar que Stoov ha cogido una idea ya conocida, la de las mantas eléctricas, y la ha perfeccionado.
Y sí, es así, pero no le quita eso mérito a lo que proponen, aunque es cierto que estamos ante una categoría de producto que no tiene unos precios especialmente bajos, aunque es verdad que puede llegar a ahorrarnos mucho dinero.
En esencia, lo que propone Stoov es crear una colección de productos para el hogar como cojines, mantas o almohadas, que con capaces de dar calor mediante un tejido especial y una batería interna similar a las powerbanks de nuestros smartphones.
Y esa conjunción nos ha enamorado.
Ahorrando energía en todo momento
El hecho de que tengamos que cargar el cojín es, a la vez, algo bueno y malo. La parte negativa es que tenemos que ser conscientes de que hay que recargarlo de vez en cuando, con una autonomía de varias horas, pero que no podemos dejar sin cargar muchos días, a no ser que no lo usemos mucho a diario, claro.
La parte buena es que, al contrario que otros productos, podemos cargarlo cuando la luz esté más barata, aunque no sea ese el momento en el que lo usamos.
Uno de los problemas de los calefactores es que gastan en el momento de uso, y les da igual el precio de la luz en ese momento. De esta manera, podemos desvincular el momento de uso del momento de carga.
También es relevante aquí que el cojín calienta por infrarrojos, por contacto, sin calentar el aire alrededor, lo que hace que el gasto energético sea mucho menor. En una habitación es mucho más eficaz calentar a la persona que está en ella que la estancia entera.
La comodidad no se puede obviar
Una de las cosas que más me gusta es que no tendremos que estar nunca cerca de un enchufe para usarlo, algo que aporta mucha comodidad.
Podemos usarlo en el salón cuando veamos la tele, en el despacho cuando estemos trabajando o en la cama cuando nos acostemos.
Este tipo de productos es perfecto para las casas en las que vive poca gente, porque un cojín puede dar uso a una persona independientemente de dónde esté.
Controlando el calor y la carga
En el vídeo podéis ver cómo es el unboxing y el montaje, que no es complicado. Una vez lo montamos no hace falta volver a desmontarlo salvo cuando queramos lavarlo, obviamente.
En la gran etiqueta naranja tenemos el puerto de carga y un botón que permite cambiar entre los tres niveles de intensidad de calor. La batería durará más o menos en función del que más usemos.
Todos los productos de Stoov tienen un temporizador que permite que el sistema se apague a las 8 horas, para no correr ningún riesgo. Eso sí, yo hubiera incluido también un temporizador de una hora, porque más de una vez me he levantado del sofá para cocinar, por ejemplo, y he dejado el cojín encendido por olvido.
Un gran diseño
Hemos dicho que estos productos no son especialmente baratos, pero también es cierto que tienen una estética muy cuidada y una gran capacidad de personalización con diferentes telas y acabados.
Esto es algo clave si queremos que cuando compremos uno combine con la habitación o estancia en la que vamos a usarlo.
La unidad que nos han prestado es de un tono azul turquesa y, aunque en mi salón por ejemplo no tengo ningún elemento de ese tono, queda realmente bien. Pero obviamente cuando compréis uno podréis elegir entre varios colores, formas y texturas.
Conclusión
Estamos ante un tipo de producto muy particular, que creemos que encaja muy bien en hogares con una o dos personas, y que permite concentrar el calor de forma muy precisa, lo que siempre implica ahorrar energía, algo que en estos días no es baladí.
Hay diferentes modelos (incluso hay uno para mascotas), los podéis ver y comprar en la web de Stoov, y si queréis podéis probarlos un tiempo y, si no os convence, tenéis 60 días para devolverlos.