Los CDs de música han pasado de moda; la gente ya disfruta de la música principalmente a través de apps de streaming como Spotify, pero eso no significa que los formatos físicos hayan sido completamente abandonados.
[Así he mejorado la calidad de sonido de mi móvil a nivel de audiófilo: review del FiiO BTR7]
Sorprendentemente, los vinilos han vuelto a la vida, décadas después de su era dorada; según un informe de Promusicae, el año pasado en España se vendieron más discos de vinilo que CDs, un ‘sorpasso’ que no ocurría desde 1991. El resto del mundo también está abrazando a los vinilos como su formato favorito; por ejemplo, del último álbum de Taylor Swift se han vendido más vinilos que CDs, y hay muy buenas razones para ello.
No estamos hablando de una cuestión de calidad de sonido. Es verdad que hay muchos mitos sobre los vinilos, como que ofrecen un sonido “más fiel” al original al ser un formato analógico frente al formato digital de los CDs y archivos. En realidad, hay pocas pruebas de que eso sea cierto, pero sí que podemos decir que los vinilos ofrecen algo diferente a los CDs, tanto en el sonido como en la propia experiencia, que se nota más “genuina”, si eso tiene sentido.
Un tocadiscos para dar el salto a los vinilos
Un factor importante para comprender el crecimiento en ventas de vinilos es que son mucho más accesibles que hace unos años; no sólo porque muchos artistas ya ofrezcan sus nuevos álbumes en este formato, también porque es mucho más fácil reproducirlos. Hoy en día puedes encontrar tocadiscos a buen precio y sin las dificultades que solemos asociar al formato.
El Pioneer PLX-500 que he podido probar es un buen ejemplo de cómo están cambiando las cosas. Este tocadiscos me ha permitido disfrutar de la experiencia de los vinilos con las mínimas complicaciones, y especialmente, me ha ayudado a apreciar las diferencias respecto al sonido digital.
No en vano, el PLX-500 es uno de los modelos de tocadiscos más populares, por su precio de 360 euros en sitios como Amazon; y ahora es incluso más atractivo, gracias a la versión en blanco que he podido probar además de la versión original en negro.
Lo primero que me llamó la atención del PLX-500 es la facilidad de uso. Sinceramente, me esperaba lo peor, pero después de montar el dispositivo y enchufarlo a la red eléctrica, realmente no tienes que hacer mucho. Las instrucciones de montaje son fáciles de comprender, y sólo implican instalar el cabezal, montar y ajustar el peso en el brazo, y poner la cubierta de plástico; aunque también se incluyen partes que tal vez pueden ser más complicadas para un novato y que realmente sólo aprovecharán los verdaderos entusiastas. Claro, que puede que este dispositivo sea lo que te convierta en uno.
Fácil de usar, difícil de amaestrar
La calidad de fabricación es muy buena y la sensación de uso es agradable; no está al nivel de tocadiscos más ‘premium’, pero con este precio ya deberías saber que no vas a encontrar materiales como la madera. Aún así, todo funciona como debería, el plato gira de manera estable y se para correctamente cuando pulsamos el botón. Es de esos productos que “simplemente funciona”, sin más aspiraciones.
Los botones y controles sí que se notan algo más baratos, pero son todos funcionales. Los que más usarás, como el botón de inicio o el dial que sirve para apagar y encender el dispositivo son agradables, mientras que los selectores de revoluciones (33, 45 o 78 rpm dependiendo del disco) son simples botones con una luz integrada. Aquí no hay nada realmente revolucionario, pero no lo necesitamos.
Tal vez el mayor elogio que puedo ofrecer al PLX-500 es que es fácil de usar, pero difícil de amaestrar. Si lo único que quieres es escuchar ese vinilo que compraste por un impulso y que lleva un tiempo cogiendo polvo, este aparato cumplirá esa función perfectamente. Sólo debes encender el dispositivo, poner la aguja e iniciar la reproducción; el selector de revoluciones te permitirá ajustarlo al nivel deseado, y punto. Cuando pulses otra vez en el botón de inicio, el freno automático parará automáticamente la rotación del disco. Por supuesto, hay más detalles que puedes cambiar, pero eso es suficiente para empezar.
Un detalle del diseño que me ha gustado mucho es la tapa de plástico, que normalmente sirve únicamente para evitar el polvo; en este caso, también sirve para poner la carátula del vinilo que estamos usando, y la verdad es que queda muy bien.
Un conjunto con todo lo necesario
Ahora bien, ¿cómo puedes escuchar los vinilos que pones? El PLX-500 tiene su propia tarjeta de sonido, con una salida de audio convencional que debes conectar, o bien a un amplificador y de ahí a unos altavoces o auriculares, o bien a unos altavoces que ya tengan amplificador integrado.
Afortunadamente, Pioneer ya ofrece una opción que encaja muy bien con este tocadiscos, los altavoces DM-40BT, que también están disponibles en color blanco para que vayan a juego. Este es el conjunto que yo recomendaría para una escucha casual de discos de vinilo, porque estos altavoces ofrecen una buena potencia y son capaces de reproducir el sonido proveniente del tocadiscos con una calidad más que decente. No han tenido problemas para cubrir mi habitación y he podido apreciar las diferencias en el sonido. También incluyen una salida de audio para conectar unos auriculares.
Además, los DM-40BT, como indica su nombre, son compatibles con la tecnología Bluetooth, por lo que pueden tener una doble función, conectándose con nuestro móvil cuando queramos escuchar música en Spotify u otros servicios digitales, al mismo tiempo que están conectados al tocadiscos.
Además de la salida de audio digital, puede que te sorprenda ver que el PLX-500 también tiene una salida USB. Está pensada para conectar el tocadiscos directamente a nuestro ordenador; y es que originalmente este dispositivo estaba más pensado para DJs que para simplemente reproducir vinilos. Es algo que puedes ignorar, pero creo que puede ser muy útil para hacer copias digitales de tus vinilos.
Lo que echo en falta es una conexión Bluetooth directamente en el tocadiscos, algo que ya tienen otras alternativas del mercado pero que Pioneer aún no ha podido integrar en este modelo. Eso facilitaría enormemente la conexión con unos altavoces con Bluetooth.
Una experiencia musical diferente
Pero vayamos a lo importante ¿cómo se escucha? La verdad es que muy bien, aunque como ya he comentado antes, es difícil decir si suena “mejor” que un CD o un servicio de streaming digital. Sí que suena diferente, y creo que eso es a lo que se refieren quienes defienden los vinilos.
Con “diferente”, me refiero a que realmente puedes sentir una mayor dimensión en el sonido. En algunos discos, eso me ha dado una mayor sensación de “estar ahí”, en presencia de la banda, mientras que en otros me ha parecido como si estuviese escuchándola a través de un cristal, como si estuviesen en un escaparate.
Evidentemente, la experiencia cambiará mucho dependiendo no sólo de la masterización, también del fabricante e incluso del género musical, ya que no todos se adaptan tan bien. En algunos casos, prefiero el sonido digital al ser más “directo”, pero en otros he descubierto un aprecio por el sonido del vinilo que me ha motivado a buscar más alternativas.
En definitiva, con dispositivos como el Pioneer PLX-500 es fácil ver por qué los vinilos tienen tanto éxito. Es más fácil que nunca disfrutarlos sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados, y ofrecen una experiencia propia y diferente a la de los servicios de streaming que está atrayendo a cada vez más personas.
El Pioneer PLX-500-W está disponible por 369 euros en Amazon, y la versión en negro cuesta 359 euros también en Amazon. Los altavoces Pioneer DM-40BT están disponibles por 179 euros en Amazon.
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